CRÍTICAS
CD, DVD, Libros
Verdi: LA TRAVIATA (Dir.: Zubin Mehta)
DVD
VERDI, Giuseppe (1813 – 1901)
La Traviata
Nadine Sierra, Francesco Meli, Leo Nucci, Dir.: Zubin Mehta. Dir. esc.: Davide Livermore. Dynamic 37955. 1 DVD. 2022 (2021).
La razón de ser de esta Traviata en la nueva producción del Maggio Musicale Fiorentino se llama Nadine Sierra. La soprano norteamericana confirma aquí su estatus de estrella rutilante del actual universo lírico con una interpretación descomunal de la heroína verdiana, tanto a nivel interpretativo como en una demostración vocal que combina expresividad y fuerza, timbre juvenil y una extensión que le permite afrontar la puntatura del Mi bemol de la cabaletta del primer acto sin el menor problema. Su versión de la segunda estrofa de “Addio, del passato” –única repetición admitida en esta representación– aúna la intensidad emocional con una línea de canto del máximo nivel y en el crispado diálogo con Germont père del segundo acto sabe imponerse a la blandura de la dirección de un cansado Mehta con el orgullo y la fiereza requeridos. Una actuación soberana.
Lucha por estar a su misma altura sin acabar de conseguirlo el resto del reparto, aunque es de admirar en un Leo Nucci casi octogenario, que se alternaba en estas funciones con Plácido Domingo, la forma en que ha sabido conservar el volumen y el frescor del timbre.
Francesco Meli, que probablemente hubiera pasado desapercibido en los repartos de hace 50 años, se encuentra ahora en la primera fila de los tenores internacionales ante la escasa competencia que ofrece el mercado. Canta bien y el esmalte de su voz es agradable, pero el fraseo carece del deseado relieve y poco ayuda el carácter insustancial que adjudica al personaje la regia, especialmente en el primer acto. Zubin Mehta, pese a alguna ocasional bajada de tensión, dirige con sapiencia a unos coros y a una orquesta que no merecen reproche alguno.
El espectáculo ideado por Davide Livermore olvida, al actualizar la acción, los condicionantes de la sociedad en que se supone esta debe transcurrir, banalizando los ambientes y fomentando excesivamente el uso indiscriminado del cigarrillo y del baile alocado, no siéndole de gran ayuda la escenografía de Giò Forma –¿dónde se supone que transcurre la acción en el segundo acto?–, el delirante vestuario de Mariana Fracasso o las omnipresentes exposiciones fotográficas. El recurso del desdoblamiento final de la protagonista para la escena de la muerte, por otra parte, empieza ya a estar demasiado visto. La acción, eso sí, puede seguirse sin problemas. Cosas peores se han visto en estos desventurados tiempos. * Marcelo CERVELLÓ
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