CRÍTICAS
NACIONAL
Una refrescante 'Lucia' en el claustro del castillo
Palma
Orquestra Simfònica Illes Balears - Estius Simfònics
Donizetti: LUCIA DI LAMMERMOOR
En versión de concierto
Zuzana Marková, Celso Albelo, Gabrielle Viviani, George Andguladze, Antoni Lliteres, Joan Laínez, Marisa Roca. Coral Universitat de les Illes Balears. Orquestra Simfònica Illes Balears. Dirección musical: Pablo Mielgo. Castell de Bellver, 3 de agosto de 2022
El ciclo Estius Simfònics de la Orquestra Simfònica Illes Balears en el Castillo de Bellver de Palma, es una cita veraniega indiscutible para los melómanos mallorquines. Los conciertos realizados dentro del patio circular del castillo gótico, construido por Jaume II de Mallorca en el siglo XIV, ofrecen al público la posibilidad de trasladarse a un entorno único para disfrutar de veladas en las que la acústica sorprende.
En esta velada operística se ofreció en versión en concierto la ópera Lucia di Lammermoor y el tenor Celso Albelo se transformó en el gran protagonista de la noche; mediante un sólido Edgardo, hizo gala de un canto definido por su homogeneidad y riqueza de armónicos. El tenor canario consiguió brillar con su fuerza expresiva así como con una línea de canto que conectó con el público. Por su parte, la soprano Zuzana Marková realizó una intervención correcta como Lucia pero que no llegó a resplandecer; pese a poseer una voz aterciopelada y una aparente solvencia técnica, tuvo leves problemas de afinación en el registro agudo. Ese detalle lastró su entrega, unido a la falta de control de los tempi, especialmente en el primer acto donde tuvo una tendencia generalizada y excesiva a retrasar su fraseo, lo que se evidenció en el dúo con Edgardo.
El barítono Gabriele Viviani interpretó un caluroso Enrico con un canto homogéneo, ductilidad vocal y, especialmente destacable, con una loable faceta expresiva, consiguiendo interés dramático con su actuación pese a tratarse de una versión en concierto. El bajo George Andluladze, pese a demostrar poseer una voz de gran potencia vocal y un registro más que solvente, realizó una intervención fría, con grandes inseguridades en las entradas y sin despegar la vista de la partitura durante toda la velada. Pese a ser habitual que en las versiones de concierto los artistas utilicen el atril como soporte, en este caso, se manifestó que el cantante no conocía suficientemente el rol.
El tenor Joan Laínez como Normanno demostró fuerza expresiva, buena proyección vocal y un canto aterciopelado y Marisa Roca como Alisa y Antoni Lliteres como Arturo realizaron intervenciones más que correctas, a la altura del resto del reparto.
Desde el podio, Pablo Mielgo se mostró dinámico y plenamente expresivo consiguiendo un color orquestal lleno de matices ante una ejecución vigorosa. El maestro, titular de la Simfònica, supo sobrellevar con solvencia los problemas surgidos sobre la marcha (algunos ya mencionados anteriormente) demostrando una implicación constante especialmente en las entradas y en los momentos musicalmente más dramáticos. La Simfònica Illes Balears brilló en una lectura con un sonido cubierto, compacto, sabiendo utilizar la acústica del castillo, brillante y lejana de la opacidad propia del foso de un teatro, realizando amplios matices sonoros. La Coral Universitat de les Illes Balears realizó una muy buena actuación, compacta y sólida en todos los sentidos; desde su posición en el primer piso del claustro del castillo, puso el broche a una función que emocionó al público. * Eugènia GALLEGO, corresponsal en Palma de ÓPERA ACTUAL
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