Una flauta ausente en los 'Viernes de ópera'

Oviedo

20 / 10 / 2021 - Diana DÍAZ - Tiempo de lectura: 3 min

Print Friendly, PDF & Email
flauta-operaactual-oviedo (3) Plano general del primer reparto en escena de la producción de Albert Estany © Ópera de Oviedo / Iván MARTÍNEZ

Ópera de Oviedo

Mozart: DIE ZAUBERFLÖTE

Viernes de ópera

David Sánchez, Antoni Lliteres, Luis López, Carlos Carzoglio, Emilio Sánchez, Mar Morán, Belén Roig, María Miró, Serena Pérez, Marina Pardo, Janeth Zúñiga, Sandrine Mairesse, María Heres, Sofía Esparza, Carles Pachón, Antonio Lozano. Dirección: Lucas Macías Navarro. Dirección de escena: Albert Estany. Teatro Campoamor, 15 de octubre de 2021.

Más de una vez aquí se destacó la importancia de los Viernes de ópera para la apertura del teatro a un público más amplio. El ambiente que se respira en dichas funciones es si cabe más ilusionante en el Campoamor, y más en esta ocasión, donde el aforo del coliseo ovetense ya lucía al completo. Sin duda la llamada de La flauta mágica también contribuyó a ello, siendo la última ópera de Mozart un título, sino de los más populares, de las óperas más emblemáticas del repertorio. Así, un público heterogéneo compartió las aventuras de Papageno en este Singspiel de carácter principalmente cómico y temática fantástica, con sus diálogos, arias y números concertantes propios de este género de teatro musical alemán. Mucho se ha dicho sobre el argumento de esta ópera, considerada como una especie de cuento de hadas o como un cuento mágico con símbolos cargado de idealismo y masonería, un contenido realmente rico desde distintos prismas. Sin embargo, la sensación que dejó esta función fue muy parcial en este sentido, incluso confusa, con una historia dentro del teatro y entre bambalinas, en la que el poder de la Flauta y sus personajes se fueron diluyendo hasta desaparecer en el desarrollo de la propuesta escénica.

"La actuación de la soprano Belén Roig como Pamina fue 'in crescendo' ganando presencia en la obra, aunando delicadeza y fuerza en la evolución de su rol"

En cuanto al reparto, Carles Pachón como Papageno sostuvo en gran medida la función por su presencia y su actuación dramática, vocalmente más firme tras su famosa aria «Soy el cazador de pájaros». Antoni Lliteres fue un Tamino con gallardía, aunque más inseguro técnicamente en lo vocal, al descubierto sobre todo en tempi más lentos como la conocida aria del retrato. Ambos llegaron al santuario convertido en teatro, en la propuesta de Albert Estany, con un Sarastro que vistió David Sánchez, afectado éste en su instrumento, como preavisó la megafonía. Sin embargo, el bajo lució la amplitud de un registro poderoso, con correcto rendimiento dramático. La enemiga de Sarastro fue en esta ocasión Mar Morán, quien captó la atención en su presentación como Reina de la Noche, aunque avanzó en una interpretación vocal irregular, no sin fuerza expresiva, y con soluciones de emergencia poco afortunadas en los momentos más esperados.

Más interesante fue la actuación de Belén Roig como Pamina; la actuación de la soprano valenciana fue in crescendo aunando delicadeza y fuerza en la evolución de su rol, no sin cierta inseguridad en los cambios de registro vocal. Con todo, los números de conjunto se resolvieron de manera eficaz. Según otros nombres del reparto, que compartieron las demás funciones, conviene destacar la interpretación de los tres genios, muy cuidada, en las voces de Janeth ZúñigaSandrine Mairesse y María Heres. Oviedo Filarmonía, con Lucas Macías Navarro al frente, y el Coro Intermezzo, titular de la Ópera de Oviedo, se impusieron igualmente con solidez en la interpretación de una ópera compleja de ricos relieves, que ya solo su título significa un reclamo.