CRÍTICAS
NACIONAL
Una controvertida 'Tosca' pasoliniana
Barcelona
Gran Teatre del Liceu
Puccini: TOSCA
Nueva producción
Maria Agresta, Michael Fabiano, Željko Lučić, Felipe Bou, Jonathan Lemalu, Moisés Marín, Manel Esteve, Milán Perišic, Hugo Bolívar. Orquestra Simfònica y Coro del Gran Teatre del Liceu. Dirección musical: Henrik Nánási. Dirección de escena: Rafael R. Villalobos. 4 de enero de 2023.
La falta de un repertorio contemporáneo de éxito es la causa de esta práctica de revisitar y reinterpretar el repertorio canónico, una herramienta útil pero también que ha conllevado muchos fracasos gracias a producciones mediocres que solo pretenden epatar y ganar publicidad. En este caso, el director de escena sevillano Rafael R. Villalobos presenta en el Liceu esta Tosca coproducida con el Teatro de La Monnaie-De Munt de Bruselas, el Maestranza de Sevilla y de la Opéra Orchestre National Montpellier que moderniza la acción llevándola al siglo XX y la relaciona con la figura de Pier Paolo Pasolini. Una propuesta rebuscada que denuncia la persecución de los artistas que se posicionan políticamente. En la ópera de Puccini, Scarpia, el jefe de policía, aprovecha la fuga del excónsul de la República Romana –Angelotti– para eliminar al pintor Mario Cavaradossi, el amante de Tosca, a quién considera sospechoso y volteriano, persecución que Villalobos vincula a la figura de Pasolini, un artista crítico con el poder y que, incluso, podría haber sido asesinado por ello.

Los personajes que representan a Pasolini y a su asesino, Pino Pelosi
La propuesta primero descoloca y provoca confusión, pero a medida que avanza la trama este punto de vista va despertando mayor interés hasta llegar a escenas de un gran acierto, como en el tercer acto, cuando Cavaradossi canta “E lucevan le stelle” leyendo la agenda de Pasolini o cuando el Sacristán escupe al cadáver del pintor. El personaje de Pasolini participa en la trama desde el comienzo de la obra, apareciendo de niño o ya de adulto e interactuando con los personajes de la ópera, ya sea retratando a una Floria Tosca caracterizada como Maria Callas (en un guiño al filme Medea en el que él la dirigió) o junto a Scarpia.
Pero al inicio del segundo acto Villalobos da un paso más y traspasa una barrera simbólica, pero crucial, en el mundo de la ópera: añadir una música moderna a la partitura de Puccini introduciendo una escena en la que Pasolini se relaciona con su amante y asesino, lo que provocó que una parte del público protestara sonoramente, pidiendo ver y escuchar Tosca, espectáculo por el que habían pagado.
La puesta en escena se enmarca en una escenografía única minimalista, de inspiración palladiana, a cargo de Emmanuele Sinisi, que funciona de forma eficaz recreando Sant’Andrea della Valle, el Palacio Farnese y el castillo de Sant’Angelo, abriéndose y rotando a discreción, apoyada por una interesante iluminación a cargo de Felipe Ramos y con un elegante e imaginativo vestuario del propio director de escena y unas pinturas impresionantes de Santiago Ydáñez.
A nivel musical cabe destacar la potente y dramática lectura de Henrik Nánási, quien contó con una Simfònica liceísta flexible y de rápida respuesta y con una pareja protagonista de considerables medios vocales. El tenor Michael Fabiano, de emisión un punto tremolante y de gran proyección, empaque y agudos seguros, resultó especialmente impactante en el tercer acto tras una actuación muy convincente. La soprano Maria Agresta fue una protagonista notable en lo actoral y supo sacar partido a su voz en un personaje que debe afianzar pero que defendió con solidez. Excelente Željko Lučić como Scarpia a nivel actoral, pero flojo desde el punto de vista canoro, con evidentes limitaciones, y muy correcto el resto del reparto, quienes se mostraron concentrados y entregados, tanto como los numerosos actores y figurantes que dieron vida a las dos tramas. El Coro del Liceu cantó, por exigencia de la producción, fuera de escena y sonó amplificado; sorprendentemente no apareció en los saludos al final de la función ni tan solo su director. Un final con numerosos aplausos y notorios abucheos a parte del reparto y muy especialmente a Rafael R. Villalobos, padre de esta producción interesante, polémica y compleja. * Fernando SANS RIVIÈRE, director de ÓPERA ACTUAL
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