CRÍTICAS
NACIONAL
Un Verdi sin complejos que se va de gira
Sabadell
Fundació Òpera Catalunya
Verdi: IL TROVATORE
Nueva producción
Maribel Ortega, Gustavo Porta, Carles Daza, Laura Vila, David Cervera, Mariya Melnychyn. Dirección musical: Daniel Gil de Tejada. Dirección de escena: Carles Ortiz. 28 de abril de 2023.
La Associació d’Amics de l’Òpera de Sabadell y ahora, por ende, la Fundació Òpera Catalunya —que ha sabido recoger su legado de cuatro décadas— ha bebido siempre en las aguas del repertorio, con pocas aventuras en aquellos títulos algo más exóticos que recibían siempre con cierto recelo los teatros adheridos a estos ciclos. Sin ser uno de los más prodigados en ellos, probablemente por la exigencia de los papeles protagonistas, este Trovatore llega a su quinta edición después de su aparición en la temporada 2008-09. Lo hace en una producción de Carles Ortiz habilitada con los elementos escénicos de múltiple uso habituales en la casa y las colaboraciones, ya indispensables, de la sucinta escenografía de Jordi Galobart y el cauto diseño de luces de Nani Valls. Una realización modesta, sin duda, pero que ilustra El Trovador y no La Guerra de las Galaxias o Sin novedad en el frente. Y aunque en el decálogo de las puestas en escena no figure la obligación de no molestar, ello es algo que siempre se agradece.
Daniel Gil de Tejada, escrupuloso en la medida de los tempi y en la distribución de las pausas, dirigió a una Simfònica del Vallés en gran forma y a un coro más partícipe de los ordinario en la acción escénica aunque algo remiso en su rendimiento laboral en la escena del campamento. Maribel Ortega, ya presente en la edición anterior del capolavoro verdiano y tras cierta incomodidad en sus primeras frases, fue ganando empuje en el curso de la representación para acabar firmando un cuarto acto memorable, con un “D’amor dull’alli rosee” de gran empeño, un esta vez respetado “Tu vedrai che amorein terra” que no desmereció y un dúo con el barítono en el que llegaron a saltar chispas.
Gustavo Porta, recordado en el Liceu por unas Villi en forma de concierto en la temporada 2004-05, sigue siendo un tenor a la antigua, sin refinamientos quizá, pero con el fuste suficiente para negociar un volumen y unos agudos más que eficientes. Carles Daza fue un Conde Luna de dicción óptima y proyección impecable y Laura Vila cantó admirablemente a Azucena aun sin contar con el grosor vocal necesario para subrayar los oscuros recovecos del atormentado personaje. Bien David Cervera, el Ferrando de esta representación, y Mariya Melnychyn en los demás personajes relevantes. Fiel a su estilo, el festival catalán prepara para el próximo curso tres títulos operísticos (Turandot, Manon Lescaut y Roméo et Juliette) y recupera su aportación zarzuelística con una Doña Francisquita que sin duda habrá de complacer a los abandonados aficionados catalanes a este género. * Marcelo CERVELLÓ, crítico de ÓPERA ACTUAL
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