CRÍTICAS
NACIONAL
Un Orfeo de carne y hueso
Barcelona
Palau de la Música Catalana
Monteverdi: L'Orfeo
Versión concierto
Roberta Invernizzi, Monica Piccinini, Marina de Liso, Filippo Mineccia, Ian Bostridge, Valentino Buzza, Francesco Marsiglia, Fabrizio Beggi, Aleksey Bogdanov. Cor de Cambra del Palau de la Música. Europa Galante. Dirección: Fabio Biondi. 18 de febrero de 2022.
El Palau de la Música Catalana sigue adelante con su exitoso ciclo Palau Òpera centrado en el repertorio barroco que viene a llenar un espacio históricamente poco atendido en las programaciones del Gran Teatre del Liceu. Tras el excelente Radamisto de Händel de octubre pasado y a la espera de lo que pueda deparar un conjunto como Vox Luminis en obras de Henry Purcell, Fabio Biondi desembarcó con su Europa Galante para ofrecer L’Orfeo de Monteverdi dos días antes de hacerlo en el Universo Barroco del CNDM en Madrid.
Obra capital en la génesis del género operístico, L’Orfeo va mucho más allá del interés puramente histórico e incluso arqueológico. Por vez primera, el genio de Cremona consigue poner en escena un personaje que, aún siendo hijo de Apolo, parece de carne y hueso. Atrás quedan los experimentos de Peri, con su perdida Dafne o su inaugural Euridice, más teóricos y cercanos a las elucubraciones de la Camerata Fiorentina. Monteverdi, pese a ser prácticamente contemporáneo, pertenece a un grupo de compositores e intelectuales que se desenvuelve en Mantua y posteriormente Venecia, pero lo que es más importante es que se trata de uno de los más grandes genios musicales de todos los tiempos. Tanto en la gran polifonía religiosa como en el madrigal y, especialmente en la ópera, la maestría de Monteverdi se pone de manifiesto y muestra de ello es su primer experimento escénico-musical, L’Orfeo.
Simplemente analizando los números solistas en los que se expresa el protagonista de esta favola in musica con el lieto fine de la edición veneciana de 1609, se puede apreciar el talento músico-dramático del compositor. Desde el bucólico y desenfadado «Vi ricorda boschi ombrosi» a la descriptiva «Rosa del Ciel», de «Possente spirto» a la desesperada impotencia de la escena final, la evolución psicológica es de una modernidad, hondura y sutileza sorprendentes. Ian Bostridge consiguió transmitir el drama del personaje a través de una lectura profunda y visceral. Pese a que su instrumento es limitado en un registro grave que Orfeo requiere, su preciosismo en una sensacional lectura de «Possente spirto», con la colaboración inestimable de la arpista Marta Graziolino y la tiorba de Giangiacomo Pinardi, elevó su actuación a gran altura. Su puesta en escena puede resultar desconcertante por momentos e incluso irritante, con continuos movimientos nerviosos y trajín de papeles que podían dar a entender poca profundización en los entresijos del rol. Pero escuchando su prestación en los dos últimos actos no cupo duda de que Bostridge trabajó y pulió el papel hasta el más mínimo detalle.
Del resto del reparto, que no estuvo al mismo nivel, destacó la Messaggiera (y la Speranza) de la contralto Marina de Liso, con una voz plena y de bello timbre; a su actuación se le puede discutir cierto exceso en el recurso del sonido fijo, pero no su efectividad dramática. Un lujo fue contar con Roberta Invernizzi en el secundario rol de Proserpina, de dulces acentos la Musica, interpretada por Monica Piccinini y suficientemente eficaz resultó el Caronte de Ugo Guagliardo. El resto del reparto se movió entre la corrección y la debilidad de algunos elementos, como el contratenor Filippo Mineccia, con problemas de afinación en el registro agudo.
Europa Galante es un conjunto de vital importancia en la recuperación del repertorio barroco italiano. Forma parte de una hornada, junto con Il Giardino Armonico, que dio respuesta y continuidad a los pioneros de la recuperación de la música antigua con una nueva mirada, más efervescente y hedonista. Hoy en día, conjuntos como Il Pomo d’Oro han cogido el testigo y, en comparación con las prestaciones operísticas de este último recientemente, la de Europa Galante en este L’Orfeo resultó poco contrastada y falta de dramatismo en líneas generales. Poco se le puede achacar a nivel instrumental, pues hubo prestaciones destacadas como las ya mencionadas y buen nivel general, pero a los ritornelli les faltó vigor en la primera parte y en la segunda se echó en falta una mayor variedad de colores para representar los distintos afetti. * Antoni COLOMER, crítico de ÓPERA ACTUAL
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