Un Onegin bolchevique, según Vigié

Lausana

13 / 04 / 2022 - Albert GARRIGA - Tiempo de lectura: 3 min

Print Friendly, PDF & Email
Opera de Lausanne-evgenionegin-operaactual Una escena de la producción firmada por Éric Vigié © Opéra de Lausanne / Jean Guy PHYTON
Opera de Lausanne-evgenionegin-operaactual Kostas Smoriginas (Onegin) y Natalia Tanasii (Tatjana) © Opéra de Lausanne / Jean Guy PHYTON
Opera de Lausanne-evgenionegin-operaactual Kostas Smoriginas (Onegin) y Natalia Tanasii (Tatjana) © Opéra de Lausanne / Jean Guy PHYTON

Opéra de Lausanne

Chaikovsky: EVGENI ONEGIN

Nueva producción

Kostas Smoriginas, Natalia Tanasii, Pavel Petrov, Irina Maltseva, Susanne Gritschneder, Qiulin Zhang, Alexandr Bezrukov, Alexandre Diakoff, Jean Miannay. Dirección musical: Gavriel Heine. Dirección de escena: Éric Vigié. 10 de abril de 2022.

Finalmente llegó a Lausana la nueva producción de Evgeni Onegin firmada por su director general, el francés Éric Vigié. Precisamente, justo cuando acaba de presentar su 18ª temporada, el gestor ha anunciado que dejará el cargo en junio de 2024. 20 años de legado artístico marcados por un gran conocimiento de las voces y una propuesta artística respetuosa, pero no por ello exenta de estimulantes relecturas dramáticas. Este es el caso del título de Chaikovsky que Vigié quiso situar a principios del siglo XX, en plena efervescencia de la revolución social que desencadenó el golpe de estado bolchevique de 1917. Cada acto, según Vigié, se adentra cada vez más en la decadencia de ese momento histórico que vio separar a familias enteras y a amigos. La relación entre la ficción y la vida real es aquí la de lo público y lo privado, aquella que el entorno social marca el desarrollo de las relaciones de las personas que lleva inevitablemente a los puntos de mayor dramatismo de la vida de los protagonistas. La muerte de Lensky, poco afín al nuevo régimen, y el desencuentro con Onegin; y el desenlace, aquí, en pleno régimen estalinista, cuando Gremin no duda en apresar y, quizá, ejecutar a Onegin, tras presenciar la insistencia de su esposa, Tatiana. Una hábil relectura, de cuidado esteticismo y grandes dosis teatrales que hasta contó con un Rasputín.

"Vocalmente se contó con un sonoro Onegin, de la mano del barítono griego Kostas Smoriginas, dotado de un contundente instrumento"

El director norteamericano Gavriel Heine, afincado como director residente en el Mariinksy de San Petersburgo, realizó una lectura cargada de musicalidad y dramatismo. Anduvo en todo momento buscando la pasión que imprime la partitura, que seguramente obtuviera de manera natural de una orquesta rusa, cosa que no siempre se cumplió en Lausana. Las interpretaciones de la Orchestre de Chambre son siempre de gran pureza y de sonido cristalino, pero, lamentablemente, este no fue el caso de Onegin. Hubo problemas en maderas y metales, y alguna desafinación en las cuerdas, cosa inédita en la formación suiza; pero también conflictos en la coordinación de foso y escenario, con algunos desajustes, sobre todo en los momentos corales.

Vocalmente se contó con un sonoro Onegin, de la mano del barítono griego Kostas Smoriginas; dotado de un contundente instrumento, sobresalió sobre el resto del reparto en cuanto a proyección, resignando algo de sutileza, aunque sin escatimar entrega. A su lado, la soprano moldava Natalia Tanasii fue de menos a más. Si en la escena de la carta no terminó de convencer, por estar algo falta de esa ensoñación adolescente del primer acto, estuvo soberbia en el tercer acto, en ese dúo final tan arrebatador como amargo.

El tenor bielorruso Pavel Petrov gustó por su elegante línea, pero quedó algo descafeinado por una proyección algo pobre. Irina Maltseva resultó una Olga tan adecuada escénicamente como inapreciable vocalmente y resultaron todo un lujo Qiulin Zhang y Alexandr Bezrukov como Filipyevna y Gremin, respectivamente.  * Albert GARRIGA, correpsonsal en Lausana de ÓPERA ACTUAL