Un nuevo triunfo de Anduaga

Hamburgo

14 / 12 / 2019 - Andrea MERLI - Tiempo de lectura: 3 min

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Cenerentola Una imagen de la futurista producción de Renaud Doucet © Staatsoper Hamburg / Klaus LEFEVRE
Cenerentola Una imagen de la futurista producción de Renaud Doucet © Staatsoper Hamburg / Klaus LEFEVRE
Cenerentola Una imagen de la futurista producción de Renaud Doucet © Staatsoper Hamburg / Klaus LEFEVRE

Staatsoper Hamburg

Rossini: LA CENERENTOLA

Annalisa Stroppa, Xabier Anduaga, Maurizio Muraro, Kartal Karagedik, Ida Aldrian, Torben Jurgens, Jenny Daviet. Dirección: Matteo Beltrami. Dirección de escena: Renaud Doucet. 8 de diciembre de 2019.

La reposición de La Cenerentola en la ciudad hanseática en el ya conocido montaje de Renaud Doucet para la dirección escénica y la coreografía, con la escenografía y el vestuario llenos de fantasía de André Barbe y los efectos de luz de Guy Simard, significó una sala completamente llena –le faltan tres localidades para llegar a un aforo de las 1.700- de un público que no se cansó de aplaudir. Una regia elaboradísima, con unos movimientos escénicos que suponen unos ensayos largos y fatigosos para coro, mimos y solistas de canto, lleva al espectador a una futura Metrópolis del espacio muy rica en colores, en que los robots se relacionan con humanos robotizados. Es verdad que la feroz sátira del libretista podría parecer exagerada en un primer momento, pero permite ligar perfectamente música y teatro para que todo funcione a las mil maravillas.

Si el espectáculo teatral no dio respiro alguno con sus cada vez más hilarantes situaciones, notabilísima ha resultado la parte musical gracias a la participación de una orquesta y un coro que extremaron limpieza y precisión hasta un punto que resulta raro encontrar en Italia, impecable la primera por sonido y color y con un coro preparado por Chiristian Gunther, resuelto y vivaz en todo momento. La responsabilidad musical la ha tenido en toda la velada el tino y la visión del maestro Matteo Baltrami, un director atento a lo que ocurre en escena y que en el género brillante rossiniano –también en Donizetti– halla siempre los mejores resultados. La edición por él propuesta era íntegra, salvo por la ausencia del aria de Tisbe que ya es sabido que no es de Rossini sino de su fiel Agolini.

"Triunfó el tenor vasco Xabier Anduaga, que confirma sus extraordinarias dotes tanto en el canto 'spiegato' como en los sobreagudos, vigorosos y emitidos con toda naturalidad. Un artista de raza"

La muy aplaudida protagonista por la precisión de su canto, su diamantina musicalidad y brillantes agilidades, era la mezzosoprano Annalisa Stroppa, de voz extensa y bien timbrada y fácil en el agudo, con una brillantez sopranil perfectamente amalgamada con el terciopelo propio de su cuerda. Deliciosa ya en la cantilena “Una volta c’era un re” y seductora en el dúo con el Príncipe Ramiro, estuvo también perfecta en el concretante y arrebatadora en el rondó “Non più mesta accanto al fuoco”.

Triunfó asimismo el tenor vasco Xabier Anduaga, que confirmaba aquí sus extraordinarias dotes tanto en el canto spiegato como en los sobreagudos, vigorosos y emitidos con toda naturalidad. Un artista de raza, al que ayuda también su prestancia física, el buen manejo del fraseo y una simpatía contagiosa, parece sin duda destinado a grandes empresas. Su aria “Sì, ritrovarla io giuro” generó un entusiasmo tal que tuvo que interrumpirla tras el cantábile, reproduciéndose el paroxismo después del allegro. Se veía feliz al tenor tras haberse puesto al público en el bolsillo.

Muy bien el bajo paduano Maurizio Muraro, un Don Magnifico de bella voz, rotunda y sonora, así como el barítono Kartal Karagedik, de una voz no excepcional pero muy musical y perfecto en la dicción. Muy simpáticas las dos hermanastras Jenny Daviet (Clorinda) y Ida Aldrian (Tisbe), aunque algo más floja la segunda por haber tenido que sustituir a una colega indispuesta con poca anticipación. Discreta la aportación del bajo Torben Jurgens (Alidoro)