CRÍTICAS
NACIONAL
'Tosca', una cuestión de altura
Bilbao
ABAO Bilbao Opera
Puccini: TOSCA
Oksana Dyka, Roberto Aronica, Gabriele Viviani, Alejandro López, Fernando Latorre, Moisés Marín, José Manuel Díaz, Gexan Etxabe, Helena Orcoyen. Dirección musical: Pedro Halffter. Dirección de escena: Mario Pontiggia. Palacio Euskalduna, 18 de febrero de 2023.
Una ópera como Tosca, tan popular y apreciada por el público –como lo demostró el aforo completo del Euskalduna– que, si bien ya tienen cierto éxito asegurado, el nivel del listón de partida siempre es tremendamente alto, tanto a nivel vocal como en la cuestión escénica. Y para un desafío como este, en el que hay que garantizar esos mínimos, ABAO Bilbao Opera optó por recurrir a algunos a valores seguros ya conocidos. En el foso la Bilbao Orkestra Sinfonikoa demostró que no tiene rival, con una solidez, una riqueza tímbrica, un empaque y una flexibilidad digna de elogio que, bajo la dirección fluida y controlada de Pedro Halffter, exhibió una gran profundidad de planos sonoros y texturas. El director madrileño construyó una versión muy intelectual, adecuada en estilo, con gran énfasis en el aspecto melódico y tempi muy ajustados.
Sobre el escenario –bien controlado también por Halffter–, quien más sufrió el ritmo riguroso de la obra fue Roberto Aronica en el papel de Cavaradossi, quien comenzó con notables inseguridades vocales, aunque enfrentarse de buenas a primeras con el aria “Recondita armonia” no sea precisamente fácil. Sin embargo, aunque algo más relajado, mantuvo un canto demasiado empujado durante el resto de la función y, al llegar la esperada “E lucevan le stelle”, aunque la cantó con gusto y sentimiento, se le notó incómodo con el –cuidadísimo– tempo de Halffter y vocalmente limitado.
Mucho mejor se apreció al resto del reparto –todos ellos comprimarios habituales en ABAO–, desde el prisionero político Angelotti interpretado con soltura por Alejandro López, hasta la voz interna del pastorcillo, muy adecuadamente interpretada por Helena Orcoyen, pasando por la voz oscura de Gexan Etxabe, la frescura escénica y voz brillante de Moisés Marín como Spoletta, la seguridad tímbrica de José Manuel Díaz en el rol de Sciarrone o la buena interpretación tanto vocal como escénica de Fernando Latorre en el papel de sacristán.
Por su parte, Gabriele Viviani como Scarpia recibió merecidos –y nutridos– aplausos por su fraseo elegante, su oscuro color aterciopelado y sus numerosos recursos teatrales, convirtiéndolo en uno de los triunfadores de la velada, aunque a su versión del malvado barón le faltó un poco más de calado psicológico y tridimensionalidad. La otra gran estrella de la noche fue, sin duda, la soprano ucraniana Oksana Dyka, quien, pese a ese peculiar timbre ácido tan característico de su registro central, cantó con potencia y esmerado lirismo. Cómoda en ambos extremos de la extensión, su interpretación fue intensa, expresiva y medidamente dramática, sin claudicar ante los excesos del verismo, pero con un canto atractivo y refinado.
La espectacularidad llegó a cargo de la asombrosa escenografía de Francesco Zito, de gran realismo y multitud de detalles que, además, permitió una dirección escénica de Mario Pontiggia muy visual, estética y altamente funcional, que dio el empujón necesario a una Tosca que, si bien no superó ese alto listón que siempre se le exige, al menos estuvo a la altura. * Nora FRANCO MADARIAGA, corresponsal en Bilbao de ÓPERA ACTUAL