'The Fairy Queen' no llena de magia los jardines del castillo

Peralada

24 / 07 / 2022 - Antoni COLOMER - Tiempo de lectura: 3 min

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The-Fairy-Queen_Peralada / operaactual Los solistas vocales de 'The Fairy Queen' © FCP / Miquel GONZÁLEZ
The-Fairy-Queen_Peralada / operaactual El coro O Vos Omnes protagonizó 'The Fairy Queen' en Peralada © FCP / Miquel GONZÁLEZ
The-Fairy-Queen_Peralada / operaactual Ana Quintans en una escena de 'The Fairy Queen' © FCP / Miquel GONZÁLEZ
The-Fairy-Queen_Peralada / operaactual Xavier Sabata como Reina Victoria en 'The Fairy Queen' © FCP / Miquel GONZÁLEZ
The-Fairy-Queen_Peralada / operaactual 'The Fairy Queen' en el Festival Castell de Peralada © FCP / Miquel GONZÁLEZ

Festival Castell de Peralada

Purcell: THE FAIRY QUEEN

Nueva producción

Xavier Sabata, Ana Quintans, Judith van Wanroij, Mark Milhofer, Thomas Walker, Nicolas Brooymans. Mar Gómez y Xavi Martínez, bailarines. O Vos Omnes (Dir: Xavier Pastrana). Vespres d’Arnadí. Dirección musical: Dani Espasa. Dirección escénica: Joan Anton Rechi. 22 de julio de 2022.

Llevar a escena una producción de The Fairy Queen, la semi ópera de Henry Purcell, conlleva grandes dificultades pues requiere la creación de una sólida dramaturgia que aporte un hilo conductor, argumental o temático, del que la obra carece por sus características intrínsecas. Purcell escribió este ramillete de geniales números musicales con el objetivo de intercalarlos entre las escenas de una representación teatral de Sueño de una noche de verano, la obra maestra de William Shakespeare. Más que música incidental, en este caso se trata de una ampliación del imaginario y el universo dramático de la pieza que, en manos del genial compositor y debido a su enorme calidad e inspiración, adquiere entidad propia. De ahí que grandes directores teatrales, motivados por la libertad creativa que la obra permite, se hayan visto tentados de llevarla tal cual al escenario con fórmulas variopintas.

Joan Anton Rechi, con la inestimable complicidad de Xavier Sabata, asumió el reto de crear una nueva producción para el Festival Castell de Peralada. Su planteamiento pretende integrar un homenaje a los grandes personajes de la literatura operística que han pasado por el certamen ampurdanés a lo largo de su historia en el universo mágico de La reina de las hadas y, todo ello, combinando un tratamiento abiertamente humorístico con momentos oníricos, líricos, reflexivos y dramáticos. Precisamente esa ambiciosa multiplicidad de capas y lecturas es uno de los aspectos que acabó lastrando un espectáculo que nunca terminaba de encontrar el tono adecuado, desembocando en un galimatías dramatúrgico un tanto críptico y de poco vuelo poético.

"El elemento humorístico, que acaba apoderándose de la propuesta, resultó, en líneas generales, histriónico, tendente al chascarrillo"

El elemento humorístico, que acaba apoderándose de la propuesta, resultó, en líneas generales, histriónico, tendente al chascarrillo y el desarrollo de los gags y abundantes running gags un tanto burdo y repetitivo pese a la absoluta entrega de toda la compañía. Por otro lado, las escenas de carácter onírico o que pretendían diseccionar relaciones humanas y amorosas estuvieron resueltas con poca convicción. De ahí que lo más resultón del espectáculo llegase a través de sus planteamientos más simples, como el show eurovisivo de la segunda parte, en el que no hubo más pretensión que divertir al personal, que no es poco.

Xavier Sabata asumió el rol maestro de ceremonias, Titania travestida de las tres grandes reinas de Inglaterra (Isabel I, II y Victoria), exhibiendo su carisma e instinto teatral pese a una dirección escénica un tanto errática que provocó que, a menudo, deambulase por el escenario sin un objetivo definido. Eso, sí, vocalmente puso de manifiesto su calidad, en especial con una conmovedora interpretación de «Music for a while», pieza de lucimiento que, precisamente, no pertenece a la partitura de The Fairy Queen. El resto de solistas vocales mantuvo un aceptable nivel, destacando la soprano Ana Quintans que cantó con especial intensidad el aria «Let me weep», y los tenores Thomas Walker y Mark Milhofer, este último poseedor de innegable vis cómica.

Notable el desempeño del coro O Vos Omnes que, pese a unas exigencias escénicas que complicaban sumamente empaste y coordinación, mantuvo en todo momento gran nivel de cohesión y expresividad. Dani Espasa, desde el foso, aportó dinamismo teatral y abandono lírico a partes iguales al conjunto Vespres d’Arnadí, pese a que las condiciones ambientales (alta temperatura y humedad) y acústicas (amplificación que fue notablemente in crescendo a lo largo del espectáculo) dificultó la labor de la orquesta. * Antoni COLOMER, crítico de ÓPERA ACTUAL