Surrealismo delirante, sobró impulso y faltó puntería

Madrid

30 / 04 / 2023 - Mario MUÑOZ - Tiempo de lectura: 3 min

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'Trato de favor' La Zarzuela 'Trato de favor', estreno absoluto en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Elena DEL REAL
'Trato de favor' La Zarzuela 'Trato de favor', estreno absoluto en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Elena DEL REAL
'Trato de favor' La Zarzuela 'Trato de favor', estreno absoluto en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Elena DEL REAL
'Trato de favor' La Zarzuela 'Trato de favor', estreno absoluto en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Elena DEL REAL

Teatro de La Zarzuela

Lucas Vidal: TRATO DE FAVOR

Estreno absoluto

Ainhoa Arteta, Nancy Fabiola Herrera, Enrique Ferrer, Amelia Font, María José Suárez, Boris Izaguirre, Gurutze Beitia, Amparo Navarro y Lara Chaves. Coro Titular del Teatro de La Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección musical: Andrés Salado. Dirección de escena: Emilio Sagi. 29 de abril de 2023.

En realidad, todo el aparato mediático que se mueve alrededor de la zarzuela se basa en apriorismos. ¿Qué es la zarzuela? ¿Cómo se define un género tan complejo y versátil? Desde la perspectiva del libreto, los versos del libreto de Boris Izaguirre para Trato de favor (plagados de ripios y rimas macro-consonantes) no difieren mucho de aquello que se cantaba, por ejemplo, en Katiuska («Rusita, rusa divina / eres una deliciosa golosina…  / Déjame que te dé mi corazón / Tómale, muérdele, / que es un bombón»).

También comparte la nueva obra uno de los elementos fundacionales del género: la cercanía con la actualidad. Aquí hay alusiones directas o indirectas a tanto territorio kitsch (de Sofía Loren a Rita Barberá) que la zarzuela está a punto de descarrilar en lo referencial. Respecto a la música, la esencia en su día, más aún con la llegada del género chico, marcaba que músicas regionales debían sucederse con vocación popular, en romanzas que el público saliera silbando. Lucas Vidal compone una banda sonora saturada de guiños, que se pasea por el lenguaje operístico, la revista musical, el vodevil hormonado y el Broadway maquinero. Tampoco es nuevo el devaneo final con el surrealismo delirante, que en Trato de favor acaba colocando el plató de Eurovisión en el escenario, con el presentador (el propio Izaguirre) en el pasillo central del patio de butacas. Recordemos aquella obra de 1842 titulada L’omelete fantastique sobre un señor que no consigue comerse su tortilla. Todo eso cupo, en su día, en este anfitrión generoso que es la zarzuela. Ahora no tendría que ser menos.

"Vistas las partes, pudiera parecer que el estreno ha conseguido el todo. Pero no es la sensación final"

Dicho de otra forma, vistas las partes, pudiera parecer que el estreno de ayer ha conseguido el todo. Pero no es la sensación final. Bajo una fantástica dirección de escena de Emilio Sagi (cuánto que agradecerle a sus últimas tres décadas de montajes) y la escenografía detallista de Daniel Bianco (hermosa cárcel imposible), Trato de favor pasa por delante como un tren sin frenos, apuntando a todas partes y disparando a todo lugar, intentando satisfacer todas las expectativas que caben bajo el alero del llamado teatro musical. Pero el libreto tiene desfallecimientos dramáticos que su vocación por el disparate no puede ocultar (con personajes centrales que se disuelven pasado el tiempo). La música en ocasiones promete lo que no da y el gran vestuario de Jesús Ruiz ayuda a tapar algunos desarrollos argumentales menos conseguidos. Con todo, nadie dijo que revivir el género fuera fácil, y hay que agradecer que el Teatro de La Zarzuela tire la casa por la ventana en todos los aspectos artísticos con una obra de nueva creación, y no con La verbena de la Paloma. Sobró impulso, faltó puntería.

En lo vocal, dos nombres propios dieron altura al estreno: Nancy Fabiola Herrera como Mayka y Amparo Navarro en el corto papel de Chelo. Compartiendo vis cómica, canto esmerado y sin dejarse arrastrar por la algarabía que ocurría a su alrededor. Ainhoa Arteta, que dio muy bien el papel de la diva protagonista, tuvo momentos gloriosos y otros en los que parecía estar marcando. Andrés Salado debutó en el Teatro de La Zarzuela con una dirección musical entusiasta, tal vez en exceso, y una ORCAM que resolvió la papeleta del eclecticismo musical con implicación y oficio. Visto el estreno, la pregunta con la que se iniciaba la presente crítica carece de importancia. Habría que reformular: ¿Qué queremos que sea la zarzuela?  * Mario MUÑOZ, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL