'Stifellio', una ‘première’ excepcional

Estrasburgo

19 / 10 / 2021 - Francisco J. CABRERA - Tiempo de lectura: 3 min

Print Friendly, PDF & Email
Opéra national du Rhin / Klara BECK © Opéra national du Rhin / Klara BECK
Opéra national du Rhin / Klara BECK © Opéra national du Rhin / Klara BECK
Opéra national du Rhin / Klara BECK © Opéra national du Rhin / Klara BECK

Opéra national du Rhin

Verdi: STIFFELIO

Jonathan Tetelman, Hrachuhí Bassénz, Dario Solari, Tristan Blanchet, Önay Köse. Dirección musical: Andrea Sanguineti. Dirección de escena: Bruno Ravella. 16 de octubre de 2021.

Ha sido un gran placer poder presenciar en directo esta ópera tan injustamente olvidada, y todo ello en una producción de calidad. Maltratada por la censura y arrinconada por el propio Verdi, Stiffelio sigue siendo una obra poco representada pese al revival de los años 90 con José Carreras y Plácido Domingo como padrinos de excepción. En Francia solo se había podido disfrutar en una única representación de un espectáculo de la Opéra de Wallonie en gira en Reims, con lo que esta coproducción de la Opéra national du Rhin y de la Opéra de Dijon tuvo un retrogusto de première local absoluta.

"Con un inteligente uso de luces y sombras y veladas referencias al arte y a la simbología cristiana, Ravella se concentró en lo esencial de la historia"

Afortunadamente en líneas generales todo funcionó, empezando por la puesta en escena de Bruno Ravella, quien se basó en un decorado único (una iglesia de madera en el medio de un páramo desierto) para representar la austeridad de una pequeña comunidad de esas en las que nada se dice pero todo se sabe. Con un inteligente uso de luces y sombras y veladas referencias al arte y a la simbología cristiana (desde la Última Cena de Leonardo a un lago rodeando la iglesia como símbolo de redención al final de la obra), Ravella se concentró en lo esencial de la historia sin padecer ataques de regista.

En el papel titular, Jonathan Tetelman fue el gran triunfador de la soirée, por prestancia canora y presencia escénica: afinando mucho se podría decir que el papel requiere unos medios vocales mayores de los que posee el lírico tenor americano, lo que le llevó a forzar en un par de agudos, pero las reducidas dimensiones del teatro estrasburgués minimizaron este pequeño problema. Menos cómoda en su papel se vio Hrachuhí Bassénz como Lina, con problemas de afinación en varios momentos, achacables probablemente a una mala noche, pero resultó creíble de un punto de visto expresivo. Hay que decir que el rol requiere una soprano verdiana de las buenas. El Stankar del barítono uruguayo Dario Solari siguió la tendencia ligera del elenco vocal, mostrando un timbre agradable y una línea belcantista. Menos destacable el Raffaele de Tristan Blanchet y el Jorg de Önay Köse. El coro de la casa sonó potente y redondo en sus breves intervenciones.

El director italiano Andrea Sanguineti dirigió a la Sinfónica de Mulhouse siguiendo la mejor tradición verdiana, con tensión dramática y musicalidad cantabile. * Francisco J. CABRERA, crítico de ÓPERA ACTUAL en Estrasburgo.