Sevilla: Händel imponente y espiritual

28 / 04 / 2019 - Ismael G. CABRAL - Tiempo de lectura: 2 minutos

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La soprano Katy Mill, en la imagen, junto al director Harry Christophers, formó parte del elenco que, acompañados de The Sixteens, brindaron una más que correcta interpretación del oratorio 'Israel en Egipto' © Festival de Música Antigua de Sevilla

Festival de Música Antigua de Sevilla

Händel ISRAEL EN EGIPTO

The Sixteen. Mark Dobell, Katy Hill, Daniel Collins. Dirección: Harry Christopher. Teatro de la Maestranza. 13 de abril de 2019.

El Festival de Música Antigua de Sevilla hace bien en cazar propuestas de envergadura que, de otro modo, pasarían de refilón por España. En este caso se hizo con un hueco en la agenda del veterano conjunto inglés The Sixteen para que, además del madrileño Auditorio Nacional de Música, visitaran también el Teatro de La Maestranza.

Ponían en el atril Israel en Egipto de Händel, un singular oratorio rotundamente coral que parece anunciar El Mesías en algunos de sus pasajes y que recuerda pasajes bíblicos sobre Moisés y la liberación del pueblo judío. No se escuchaba en Sevilla ­–y solo parcialmente– desde los míticos fastos de la Expo’92, y ahora era Harry Christophers quien recogía el testigo de John Eliot Gardiner y el Coro Monteverdi. De esta interpretación puede decirse, de antemano, que fue presa del entusiasmo y la vivacidad del maestro británico desde el primer momento.

The Sixteen supo funcionar como un orgánico compacto y sin una sola arista, buscando la religiosidad de la música

A nivel instrumental, The Sixteen funcionó como un orgánico muy compacto, sin una sola arista, y con un tono que tendía a buscar la trascendencia, la religiosidad. No resulta una obviedad hablar de una ejecución muy british por cuanto esta tuvo todo en su sitio; ni hubo ligereza ni excesivos arrebatos dramáticos, casi parecían los músicos empeñados en subrayar la carga documental de la obra en los prolegómenos de la Semana Santa.

Para resolver los escasos momentos solistas Christophers tiró de músicos del propio coro, entre los que destacó el tenor Mark Dobell, con excelente proyección y rotunda voz. También brilló la delicadeza, un tanto afilada, de la soprano Katy Hill. Muy escaso en cambio el contratenor Daniel Collins, que acusó notables problemas y se desenvolvió manifiestamente incómodo. No obstante, la fortaleza vocal de The Sixteen, como coro, resultó apabullante y con una patina fervientemente espiritual.