CRÍTICAS
NACIONAL
Rial y Zapico, una ópera imaginaria
Granada
Festival Internacional de Música y Danza de Granada
Recital de NÚRIA RIAL
Obras de Marini, Monteverdi, Falconieri, Marini, Caccini, Strozzi y otros. Forma Antiqva. Dirección: Aarón Zapico. Patio de los Inocentes, 8 de julio de 2021.
Entre las citas de la recta final del Festival Internacional de Música y Danza de Granada se encontraba la propuesta imaginada por el clavecinista y director de orquesta Aarón Zapico en el Patio de los Inocentes del Hospital Real, con una selección de páginas del barroco temprano que bajo el título Una ópera imaginaria en un prólogo y cinco actos repasaba los fundamentos que vinieron a conformar lo que hoy se conoce como ópera.
En el camino se entremezclan la teoría de los afectos y la vuelta a la monodia acompañada como vehículo para resaltar la palabra tras el culmen de la polifonía del período anterior. El nuevo orden da cabida al acompañamiento que a lo largo del siglo sigue su propia evolución ocupando poco a poco un puesto imprescindible tanto en el repertorio como en el nuevo género que surge a partir del seicento, la ópera.
Cualquier programa propuesto por Zapico bien como director, bien acompañado por su conjunto Forma Antiqva es una grata provocación. Provocación que invita a revisar conceptos, y en los concierto el espectador es una parte activa del mismo. Este último programa de los Zapico no fue una excepción. Forma Antiqva y una iluminada Núria Rial agrupaban el repertorio a modo de prólogo y cinco actos, como si de una ópera propiamente dicha se tratara, para que el público congregado viviese esa experiencia única de la Italia de comienzos del siglo XVII relacionados todos con la teoría de los afectos que dominó el período. El destino quiso que el programa inicialmente encabezado en lo vocal por la soprano italiana Anna Caterina Antonacci recuperara una de las grandes intérpretes nacionales como es la soprano catalana. Feliz encuentro e inmejorable maridaje entre la excelencia musical de Forma Antiqva y la no menos resuelta vocalidad de Rial al abordar el repertorio de Claudio Monteverdi y su órbita de influencia.
Núria Rial en todo momento hizo gala de un fraseo preciso en la complicada tarea de establecer equilibrios entre el énfasis del texto y la carnalidad con el que abordó precisamente esos afectos o ánimos del programa en concierto. A pesar del escaso tiempo que tuvo Rial para preparar este recital con tanta sustancia, ideas musicales y encanto, nuevamente se impondría como una de las grandes especialistas en el género barroco con gusto musical, refinamiento y cuidado en una emisión que la hacen tan apreciada para este repertorio. La soprano brilló con luz propia gracias a esa carnalidad con la que dota cada una de las intervenciones.
Cabe destacar la Moresca del Orfeo de Monteverdi en la que afloran agilidades y exige precisión tanto en el apoyo como en el fraseo. No menos interesante fue «L’Eraclio Amoroso» de Strozzi, tratada con una delicadeza casi cristalina al igual que la sólida interpretación de la canzonetta monteverdiana «Si Dolce è’l tormento».
No fueron pocas las interpretaciones instrumentales abordadas con la habitual seriedad y solvencia por Forma Antiqva desde una perspectiva fresca y fantasiosa desde el rigor musicológico y técnico. * Alejandro FERNÁNDEZ, corresponsal de ÓPERA ACTUAL