Profesionalidad y resignación en una ‘Traviata’ nocturna

Verona

08 / 07 / 2022 - Andrea MERLI - Tiempo de lectura: 4 min

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traviata-operaactual-arenadiverona (3) Una imagen de la producción póstuma de 'La Traviata' de Franco Zeffirelli © Arena di Verona / ENNEVI
traviata-operaactual-arenadiverona (3) Una imagen de la producción póstuma de 'La Traviata' de Franco Zeffirelli © Arena di Verona / ENNEVI
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Arena di Verona

Verdi: LA TRAVIATA

Nueva producción

Nina Minasyan, Vittorio Grigolo, Vladimir Stoyanov, Carlo Bosi, Nicolò Ceriani, Alessio Verna, Lilly Jorstad, Francesca Maionchi, Francesco Leone, Max-René Cosotti. Dirección musical: Marco Armiliato. Dirección de escena: Franco Zeffirelli. 2 de julio de 2022.

Continúa en esta 99ª temporada de la Arena el gran homenaje a Franco Zeffirelli, que aquí firmaría sus montajes más espectaculares. Esta última y póstuma Traviata, que nació como proyecto suyo, en realidad es de otros. Hay que imaginar a ese público que llega con anticipación a la Arena y se encuentra con el montaje de la escena que hubiera podido hacerse antes sin nadie presente en las gradas. No solo el espectáculo empezó con un retraso de ¡45 minutos! ante un público resignado, sino que a última hora alguien se acordó de que faltaban elementos y hubo que improvisar sobre la marcha sin la menor explicación por parte de la organización. Problemas sindicales, por decirlo en pocas palabras, que ya influyeron en la precedente Aida, también de Zeffirelli y también iniciada con gran retraso.

"Nina Minasyan es posible que carezca de la pulpa necesaria para Violetta tres el refulgente primer acto, pero en este contexto su esfuerzo merece un elogio y así se lo reconoció el público"

Prescindiendo de una realización escénica mal resuelta, hay que decir que en la vertiente musical, aun con bajas ocasionadas por la Covid y un debut en el caso de la protagonista, las cosas salieron incluso demasiado bien. El principal mérito estuvo en el temple y la gran profesionalidad de Marco Armiliato, que desde el podio consiguió de manera milagrosa que la velada transcurriese sin incidentes ni errores graves. El coro dirigido por Ulisse Trabacchin, obviamente, molesto por el retraso, cumplió sobradamente como lo hicieron los bailarines capitaneados por Eleana Andreoudi y Fernando Moreno con la coreografía de Gaetano Petrosino.

En su debut en la Arena, la soprano georgiana Nina Minasyan demostró tener unos nervios controladísimos; soprano lírica tendente a ligera, es posible que carezca de la pulpa necesaria para Violetta tras el refulgente primer acto, pero en este contexto su esfuerzo merece un elogio y así se lo reconoció el público. Vladimir Stoyanov, barítono búlgaro de larga y feliz trayectoria italiana, sustituía al previsto Ruzinsky, víctima del virus de marras. Llegado para el ensayo general –el único ensayo auténtico, y hecho por partes– mostró la belleza de su voz, clara pero sonora y completa en toda la gama baritonal, confirmando una vez más su más que demostrada profesionalidad. En la relación de partes menores, a los habituales Carlo Bosi (Gastone) y Nicolò Ceriani (Douphol) hay que mencionar al adecuado Marqués de Alessio Verna, la Flora de Lilly Jorstad, la Annina de Francesca Maionchi, el Grenvil del joven Francesco Leone y el veterano Giuseppe de Max-René Cosotti.

Dulcis in fundo, el Alfredo de Vittorio Grigolo, un ídolo de parte del público y vocalmente esplendoroso hasta el punto de hacer pensar en una generosa amplificación, fue un elemento catalizador en esta velada infausta. Como dirían las gitanillas a los toreros en el segundo acto en casa de Flora, “no hay mal que por bien no venga” y al fin y al cabo hay que agradecer el esfuerzo de todos los implicados. La representación terminó a la una y cuarto del día 3 de julio.  * Andrea MERLI, corresponsal en Verona de ÓPERA ACTUAL