Prina y Sancho, duelo lírico con Händel como juez

Sevilla

17 / 01 / 2022 - Ismael G. CABRAL - Tiempo de lectura: 3 min

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soniaprina-juansancho-turina-operaactual (2) Orquesta y solistas en el Espacio Turina © Espacio Turina
soniaprina-juansancho-turina-operaactual (1) Sonia Prina y Juan Sancho © Espacio Turina

Espacio Turina

Virtue & Virtuosity

Arias de Händel

Sonia Prina, contralto. Juan Sancho, tenor. Vespres d’Arnadí. Dirección: Dani Espasa. 15 de enero de 2022.

El Espacio Turina de Sevilla acogió el que será uno de los conciertos en gira más notables en el ámbito de la música antigua en España esta temporada. Bajo el título Virtue & Virtuosity, el conjunto Vespres d’Arnadí que dirige Dani Espasa, planteaba un todo Händel aunando un puñado de obras no especialmente transitadas y defendidas por la contralto Sonia Prina y el tenor Juan Sancho.

La de Prina es una de esas voces cuyo éxito y hasta relativo culto solo se explica en el ámbito de las músicas históricas. Si de algo goza es de un instrumento absolutamente singular y forzosamente circunscrito a este repertorio. Ya en el aria “Se fiera belva ha cinto”, de Rodelinda, la italiana hizo lucimiento de una voz extraordinariamente clara en la dicción, contralto de voz densa, un tanto mate, y que se mueve mejor (así lo hizo durante todo el recital) en la exposición de los afectos que en las agilidades, que abordó con apreciable esfuerzo y poca soltura. Desde luego que protagonizó momentos portentosos, como en “Ombra cara”, de Radamisto, que cantó paladeando cada palabra, dotándola de emoción y barnizándola de una profundidad muy especial, la que le permite una voz realmente peculiar.

"De aquel joven cantante con problemas al controlar el torrente de voz y con cierta tendencia a la sobreactuación, a un músico ya muy hecho, que juega con las posibilidades de la proyección de su voz y que se muestra desenvuelto en el escenario"

El tenor Juan Sancho, con las funciones de Partenope en el Real todavía recientes, regresaba a Händel y lo hacía demostrando cuánto ha evolucionado su voz en los últimos años. De aquel joven cantante con problemas al controlar el torrente de voz y con cierta tendencia a la sobreactuación, a un músico ya muy hecho, que juega con las posibilidades de la proyección de su voz y que se muestra desenvuelto en el escenario. Claro que un tour de force de coloratura como el aria “D’instabile fortuna”, de Lotario, deslumbró con su despliegue virtuoso aun reparando en el sentido dramático de la pieza, no solo centrado en lo pirotécnico. Pero fue con “Vil trofeo d’un alma imbel”e, de Poro, cuando el cantante sevillano alcanzó su cima de expresividad y hondura, con una voz plena de estilo y de elegancia.

El nutrido grupo instrumental a las órdenes de Dani Espasa optó por un Händel más dramático que ligero, acentuando contrastes y subrayando el carácter operístico del concierto, aunque en algunas piezas se echara en falta un tono más relajado, menos enfático.  * Ismael G. CABRAL, corresponsal en Sevilla de ÓPERA ACTUAL