Pratt, Fabiano y Orfila iluminan unos 'Cuentos' enrevesados

Bilbao

26 / 10 / 2021 - José Miguel BALZOLA - Tiempo de lectura: 3 min

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Contes ABAO / operaactual.com Una escena de la producción de Vicent Huguet © ABAO / Enrique MORENO
Contes ABAO / operaactual.com Una escena de la producción de Vicent Huguet © ABAO / Enrique MORENO
Contes ABAO / operaactual.com Jessica Pratt y Mikeldi Atxalandabaso © ABAO / Enrique MORENO
conteshoffmann / operactual.com Jessica Pratt y Michael Fabiano como Hoffmann © ABAO / Enrique MORENO

ABAO Bilbao Opera

Offenbach: LES CONTES D'HOFFMANN

Inauguración de la temporada

Michael Fabiano, Jessica Pratt, Simon Orfila, Elena Zhidkova, Mikeldi Atxalandabaso, Jose Manuel Díaz, Moisés Marín, Fernando Latorre, Gexan Etxabe. Coro de la Ópera de Bilbao, Bilbao Orkestra Sinfonikoa. Dirección musical: Carlo Motanaro. Dirección de escena: Vicent Huguet. Palacio Euskalduna, 23 de octubre de 2021.

La puesta en escena de estos Cuentos de Hoffmann que inauguraron el curso de ABAO Bilbao Opera fue en general gris –con solo el color que aportaron algunos detalles eficaces de la iluminación de Christophe Forey y el rojo vestido de la protagonista, obra de Pernoud y Scimami– pero sobre todo fue de aquellas que necesitan un folleto explicativo o un manual de instrucciones para entender dónde sucede lo que se ve en el escenario. En el original, la acción se supone que transcurre en una taberna, luego en el taller de un inventor, en casa de Antonia, en –quizá– un palazzo veneciano, para regresar otra vez a la taberna. Nada de eso estuvo en la propuesta de Vincent Huguet y Valerie Maestre; la escenografía contaba con grandes bloques movibles configurados para que, cambiando de posición, parecieran templetes, escalinatas o la fachada de un teatro o una edificación noble. Unos cuantas proyecciones ayudaban a que se precisara mejor el espacio escénico, aunque la dirección de actores tampoco ayudó mucho. A los alegres compañeros del protagonista en la taberna –el coro–, ya desde el prólogo se les pone tumbados, quietos, apelotonados en la corbata del escenario; así tuvieron que cantar. También fue poco claro el movimiento escénico posterior de la masa coral, pero, eso sí, el Coro de la Ópera de Bilbao cantó, tumbado o de pie, con la excelencia a que ya tiene acostumbrado al público bilbaíno: soberanamente bien. Dejando aparte la cuestionable puesta en escena cabe resaltar lo que ocurrió musicalmente, además de la actuación coral.

"Jessica Pratt con la valentía que muy pocas sopranos se atreven a desplegar encaró los cuatro papeles de los amores de Hoffmann y lo hizo de forma modélica, con voz limpia, agudos de ensueño y agilidades de primorosa exactitud"

Jessica Pratt con la valentía que muy pocas sopranos se atreven a desplegar encaró los cuatro papeles que encarnan los amores de Hoffmann. De forma modélica, con voz limpia, agudos de ensueño y agilidades de primorosa exactitud, cantó la famosa aria de la muñeca Olympia; tuvo además el buen gusto de no caer en la típica actuación mecánica, sino que al contrario, se movió con naturalidad, como una bailarina (no se sabe por qué se omitió el decaimiento de Olympia, cuando el inventor debe darle cuerda a su autómata). Y si en el registro que exige la muñeca estuvo ágil y ligera, en el más lírico que pide Antonia su voz se mostró regulada y flexible, expresiva y sedosa; y no le faltó fuerza después para darle carácter a Giulietta. Un prodigio de soprano.

Reto difícil de superar para su compañero en escena, el tenor estadounidense Michael Fabiano que mostró técnica depurada y una excelsa línea de canto dando como resultado un excelente Hoffmann, papel que el cantante debutara nada menos que en la Opéra National de Paris. Simón Orfila no tuvo problemas para afrontar con técnica, voz, potencia y estilo a los cuatro malvados, otro de los prodigios de la noche, mientras que la mezzo Elena Zhidkova lucía una voz dulce y agradabilísima, a quien quizá le faltó un poco falta de volumen en los concertantes.

Del resto del reparto cabe destacar a un excelente Mikeldi Atxalandabaso en sus cuatro papeles, cumpliendo los demás con gran solvencia. Gran actuación de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa que sonó espléndida, de la mano de un inspirado Carlo Montanaro que cuidó al detalle la sonoridad, el fraseo y los tempi, llevando el conjunto con mano magistral.  * José Miguel BALZOLA, crítico en Bilbao de ÓPERA ACTUAL