CRÍTICAS
NACIONAL
'Platée' y la orgía del barroco
Barcelona
Gran Teatre del Liceu
Rameau: PLATÉE
En versión semiescenificada
Marcel Beekman, Marc Mauillon, Edwin Crossley-Mercer, Jeanine De Bique, Emmanuelle de Negri, Pedraic Rowan, Virginia Thomas, Juliette Perret, Enguerrand de Hys, Sebastian Monti. Les Arts Florissants. Dirección: William Christie. 3 de febrero de 2021.
Anunciado por Thalie en el prólogo como un «espectáculo para corregir los defectos de los humanos», este ballet-bouffon disfrazado de cómedie lyrique, con sus tempestades y divertissements y el fondo onomatopéyico del crascitar de los cuervos y el croar de las ranas, podría representar el epítome de una forma de teatro lírico que constituiría la gloria de la música francesa del siglo XVIII, y el hecho de haber sido dado a conocer por fin en este país, aun siéndolo en forma de concierto semiescenificado, fue una auténtica fiesta.
William Christie, al frente de sus Arts Florissants, supo alternar el vigor con la delicadeza para subrayar todos y cada uno de los efectos de este refinadísimo material, servido con unos medios de lujo y con un criterio dramático y musical del más alto rango. La orquesta y el coro, aunque la situación algo alejada de este limitara el impacto de los efectos cacofónicos a su cargo, obraron prodigios de ajuste y de esplendor musical y el grupo de solistas vocales elegido, aun con instrumentos algo modestos de volumen, exhibió un buen nivel en el fraseo y en la intención.
Destacó entre ellos el talento vocal e interpretativo del tenor Marcel Beekman, Platée desopilante en la desenvoltura escénica y pródigo en seguir las inflexiones del canto, apoyado –en su caso sí– en un poderío siempre suficiente. Muy atinado el Citheron –Momus en el Prólogo– de Marc Mauillon y sin altibajos los demás solistas, con Jeanine De Bique como una Folie ágil tanto en la symphonie espectacular del acto segundo como en la ariette del tercero, aun con algún desequilibrio en la emisión; un Edwin Crosslery-Mercer (Júpiter) sobrio aunque corto de proyección; Enguerrand de Hys, Mercurio con voz de poco volumen pero bien emitida; y el correcto resto del reparto.
El tipo vocal del tenor haut-contre en travesti que ejemplificara en su día Pierre de Jélyotte y que en tiempos más recientes pudo recuperar el gran Michel Sénéchal hallaría en definitiva en Marcel Beekman su mejor medida y el público liceísta así pareció entenderlo con el calor de sus aplausos. Entre el tenor y la estimulante batuta de Christie darían un excepcional relieve a esta gratísima ocasión.
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