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'Pavarotti', la vida de una estrella
Película
Un documental de Ron Howard
Pavarotti
Estreno en España: 10 de enero
Luciano Pavarotti, Adua Veroni, Madelyn Renée, Nicoletta Mantovani, Giuliana Pavarotti, Lorenza Pavarotti, Cristina Pavarotti, Alice Pavarotti, Plácido Domingo, Josep Carreras, Angela Gheorghiu, Zubin Mehta, Vittorio Grigolo, Lang Lang y otros. CBS Films. 114 min. Reino Unido, 2019. Dirección: Ron Howard.
“Cómo quieres ser recordado como cantante? ¿Y como hombre?”, le pregunta a Pavarotti su segunda esposa, Nicoletta Mantovani, mientras lo graba con una cámara casera en los últimos años de su vida. Siendo fiel a la respuesta del tenor, el documental Pavarotti, dirigido por el oscarizado Ron Howard, pretende dar su particular versión a la pregunta de Mantovani con un minucioso recorrido por la vida del cantante. ÓA publicó en julio la crítica de la banda sonora de la película.
Después de consagrarse como un gran narrador de historias dentro de la industria de Hollywood –con títulos como Una mente maravillosa o El código Da Vinci–, Ron Howard abandona la ficción para documentar la vida de Luciano Pavarotti (1935-2007), cantante mítico y personaje igualmente irrepetible. En menos de dos horas de metraje, el director conduce la película de forma densa y sintética por las diferentes facetas de la vida del tenor: su extraordinaria carrera, la particularidad de su voz, el negocio y la fama, su vida privada, carácter, personalidad… Así pues, el documental Pavarotti es una sucesión sinóptica de imágenes de archivo, grabaciones, declaraciones y entrevistas –hay mucho material privado inédito– que construyen un relato prácticamente cronológico por la biografía del protagonista.
Desde el punto de vista musical, es especialmente interesante el momento en que diferentes compañeros de profesión tratan de explicar y definir la voz de Pavarotti. “Sin duda alguna, es el mejor de todos los tiempos” certifica la soprano Angela Gheorghiu, ya que era capaz de hacer parecer sencillo aquello que en el fondo es terriblemente complicado. En esta misma línea, Vittorio Grigolo reconoce que su gran virtud era convertir en “absolutamente natural una voz –la del tenor– que en realidad es construida”. Y es que Pavarotti siempre deslumbró con un control exquisito del timbre o, en sus mismas palabras, “la medida exacta del aire” que, junto a una pronunciación precisa y a un gran sentido del ritmo, le permitían comunicar los sentimientos con su canto como nadie. “Era un dominador emocional”, concluye Plácido Domingo y Bono, vocalista de U2 con quien Pavarotti colaboró al final de su carrera. Con Domingo y Josep Carreras, formó el célebre trío de los Tres Tenores, que cosecharon un éxito mayúsculo a la altura de las grandes estrellas del pop.
También hablan sobre Pavarotti sus hijas, Lucrezia, Giuliana y Cristina, fruto del primer matrimonio del tenor con Adua Veroni, quienes reconocen que no fue fácil convivir con un padre que llevaba una vida artística paralela que le alejaba de su hogar. Sin embargo, recuerdan con emoción cuando jugaban y se disfrazaban juntos como si de una ópera se tratase; y también sufrían cuando lo veían morir sobre el escenario. Otros episodios relevantes de su vida privada que se narran fueron cuando, estando aún casado, estableció una relación con su entonces asistente, la soprano Madelyn Renée, pero, sobre todo, cuando se hizo pública su relación con Nicoletta Mantovani, 34 años menor que él, con quién terminó casándose y teniendo una hija, Alice. Conocido como el católico más representativo del país más católico del mundo, este acontecimiento ciertamente levantó una polémica enorme.
De Pagliacci a Cavaradossi
Pavarotti fue, en efecto, un hombre alegre, bromista y jovial, deseoso de disfrutar, apasionado de la comida, las fiestas y “amante de lo femenino”. No obstante, era también tremendamente exigente consigo mismo y consciente del don que poseía, que le hacía vivir con el propósito de trabajarlo y darlo a conocer. Impactado por la guerra que le tocó vivir de pequeño, siempre dio muestras de su extrema generosidad: en las últimas décadas de su carrera se alejó de los teatros operísticos y puso su fama de estrella al servicio de actos benéficos y grandes conciertos solidarios.
Pavarotti era también una persona vulnerable y pasó por momentos de gran dificultad. A los años 80, aclamado por la fama, se sentía vacío y desamparado, pero, sin embargo, su carrera no podía detenerse; igual que Canio de Pagliacci, que no puede dejar de hacer reír al público a pesar de su pena, tal como muestra el logrado montaje de Howard. Este mismo juego de paralelismos también aparece al final del filme: Pavarotti encarna a Mario Cavaradossi de Tosca (con Domingo a la batuta) con la mirada de quien sabe que, igual que el personaje, su muerte se aproxima mientras canta “E non ho amato mai tanto la vita!”. Pocos meses después murió a causa de un cáncer de páncreas, dejando viuda a su joven esposa y huérfana a su hija de cuatro años.
En definitiva, retomando la pregunta inicial, el documental certifica que se recuerda a Pavarotti como el tenor más grande de la historia que, más allá de hacerse popular con su talento, consiguió “popularizar a la ópera”; y también se le recuerda como un marido, padre, compañero y amigo que amaba la vida en todos los sentidos y por encima de todo.
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