Händel, entre el aseo y la vanguardia

Madrid

14 / 11 / 2021 - José María MARCO - Tiempo de lectura: 3 min

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partenope-real-operaactual (2) Brenda Rae (Parténope) y Jeremy Ovenden (Emilio) © Teatro Real / Javier DEL REAL
partenope-real-operaactual (3) Brenda Rae (Parténope) y Anthony Roth Costanzo (Armindo) © Teatro Real / Javier DEL REAL
partenope-real-operaactual (1) Una escena de la producción de Christopher Alden © Teatro Real / Javier DEL REAL

Teatro Real

Händel: PARTENOPE

Brenda Rae, Teresa Iervolino, Iestyn Davies, Anthony Roth Costanzo, Jeremy Ovenden, Nicolay Borchev. Orquesta Titular del Teatro Real. Dirección musical: Ivor Bolton. Dirección de escena: Christopher Alden. 13 de noviembre de 2021.

Andaba Partenope, una de las muchas óperas de Händel, durmiendo el sueño de los justos cuando William Christie la resucitó en Valencia y A Coruña, en versión semi escenificada, y el Teatro Real la estrena en Madrid como un gran descubrimiento. Cuenta la historia, muy popular entre los operistas del siglo XVIII, de Parténope, reina de Nápoles, y de sus varios amantes en una intriga de expectativas amorosas, celos y sugerencias eróticas que se prolonga casi tres horas –a las que hay que sumar dos entreactos– durante 31 arias con sus correspondientes da capo. A la hora de elogiar esta clase de obras siempre se habla de la variedad de afectos y de expresiones, así como de la presencia de conjuntos. Lo cierto es que apenas hay dinamismo ni tensión dramática, y los números –a veces muy hermosos, es verdad– podrían sucederse en un orden distinto, o ser intercambiados por otros de otras óperas del mismo estilo. Todo se juega en las voces y la puesta en escena.

"Brenda Rae, soprano ligera gran conocedora del belcantismo, realiza el 'tour de force' de encarnar con agilidad y brillantez a una Parténope de exigencias vocales casi inhumanas"

En cuanto a las primeras, destacó la protagonista, Brenda Rae, soprano ligera gran conocedora del belcantismo, que realiza el tour de force de encarnar con agilidad y brillantez a una Parténope de exigencias vocales casi inhumanas con una facilidad extraordinaria. La mezzo Teresa Iervolino cantó una excelente Rosmira –otra figura popular en la ópera barroca de gran espectáculo–, con una voz amplia, humana, de colores variados, que luchó con energía contra la repetición de vocalizaciones y adornos. La presencia de dos contratenores, uno de ellos en un papel escrito para contralto, no contribuyó precisamente a la variedad expresiva, tan importante en la estética barroca, aunque tanto Iestyn Davies como Anthony Roth Costanzo se esforzaron hasta el límite de sus capacidades. Este último, que encarna al personaje que acaba llevándose –el pobre– el amor de Parténope, se vio obligado a añadir a las acrobacias vocales otras físico-circenses, seguidas con gran interés y admiración por el público. El tenor Jeremy Ovenden y el bajo Nikalay Borchev sacaron adelante con dignidad sus respectivos papeles.

En cuanto a la puesta en escena, en vez de los fastos escenográficos barrocos, la producción, firmada por Christopher Alden, evoca la vida de Nancy Cunard, una activista con pujos de artista, personaje de segundo orden y de vida absurda y desgraciada, de la escena erótico-vanguardista del París de los años 1920 y 1930. En un escenario art nouveau, demasiado elegante para lo que cuenta la ópera de Händel, los cantantes hicieron suyos gestos y referencias al arte de vanguardia de hace un siglo, desde parodias de Marlene Dietrich a gestos y máscaras dadaístas y proyecciones de películas de Man Ray. Presidió todo el segundo acto un aseo con su inodoro bien a la vista.

La Orquesta Titular del Real, reducida y con instrumentos de época, elevó el tono de la velada, dirigida con intensidad y riqueza expresiva por Ivor Bolton. Presenciaron la función SS.MM. los Reyes, que no pudieron asistir, por encontrarse en La Palma, a la inauguración de la temporada. Es de esperar que en ocasiones venideras el Real se muestre más compasivo con sus invitados regios. * José María MARCO, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL