Oropesa y Flórez, protagonistas de una 'Lucia' de ensueño

Milán

10 / 05 / 2023 - Andrea MERLI - Tiempo de lectura: 3 min

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lucia scala Lisette Oropesa, protagonista de 'Lucia' © Teatro alla Scala / BRESCIA & AMISANO
lucia scala Una escena de 'Lucai di Lammermoor' en La Scala © Teatro alla Scala / BRESCIA & AMISANO
lucia scala Juan Diego Flórez en la 'Lucia' milanesa © Teatro alla Scala / BRESCIA & AMISANO

Teatro alla Scala

Donizetti: LUCIA DI LAMMERMOOR

Nueva producción

Lisette Oropesa, Juan Diego Flórez, Leonardo Cortellazzi, Michele Pertusi, Valentina Pluzhnikova, Giorgio Misseri. Dirección musical: Riccardo Chailly. Dirección de escena: Yannis Kokkos. 5 de mayo de 2023.

Esta producción debería haber tenido que inaugurar la temporada del Teatro alla Scala el 7 de diciembre de 2020, pero, por culpa del confinamiento de la pandemia, no pudo ser y llegó ahora por fin al coliseo milanés. La crónica se refiere a la última función, recibida con un sonadísimo éxito por parte del público abonado y de un componente notable de extranjeros, entre los que destacaba una vivaz cuota de liceístas de visita en Milán.

Teatro abarrotado, y es que la presencia de dos estrellas como son Lisette Oropesa y Juan Diego Flórez fue un imán potentísimo. La soprano es sencillamente perfecta –pese a su vibrato– que, sin embargo, se relega gracias a una línea musical impoluta, a la facilidad y hermosura de su brillante y soberbia coloratura (aun prescindiendo de la apócrifa cadenza de la escena de la locura) y, sobre todo, por una interpretación que encandila por dramatismo, veracidad escénica y un uso sublime de la palabra cantada a través de un acento y fraseo ejemplares. La glassarmonica que acompañó la escena de la locura subrayó con toque fantasmagórico esa magnífica página.

"La soprano es sencillamente perfecta, pese a una voz no exenta de defectos –un acusado vibrato– que, sin embargo, desaparecen por la línea musical impoluta"

El tenor peruano mantiene sus características musicales, pese al pasar de los años, con un sector agudo siempre brillante y bien emitido y con una gran clase como intérprete. Su voz no se ha ensanchado, como a menudo les pasa a los intérpretes de su cuerda, y de esta manera presenta alguna dificultad en las frases que requieren más slancio y potencia en la declamación. Seguramente en un teatro más recogido y con una dirección de orquesta más atenta a sostener las voces podrían solventar su limitado volumen. Aun así, el éxito que consiguió su recitativo y aria del tercer acto “Tombe degli avi miei” fue ampliamente merecido; el siguiente “Tu che a Dio spiegasti l’ali” fue sencillamente sobrecogedor.

El resto del reparto cumplió con creces, empezando por el veterano Michele Pertusi, de gran nobleza en el canto y en el porte. Muy bien el sposino de Leonardo Cortellazzi y desaprovechado, en un rol tan marginal como es Normanno, el tenor Giorgio Misseri, que en otros teatros asume personajes belcantistas de Bellini y Donizetti. Óptima voz la de la joven Alisa de la mezzo Valentina Pluzhnikova procedente de la Accademia della Scala. El barítono Boris Pinkhasonovich, de ruda y potente voz, cantó un Lord Enrico más bien grosero.

Siempre de altísimo nivel, orquesta y coro, este confiado al maestro Alberto Malazzi, y muy apreciada la dirección de Riccardo Chailly, que abrió todos los cortes habidos y por haber, ofreciendo por primera vez al público milanés una Lucia completísima. Sin embargo, ya sean las dinámicas excesivas y unos tempi discutibles, sobre todo en los concertantes, han dejado alguna duda pese al triunfo que se le tributó.

Finalmente, la puesta en escena pasó sin pena ni gloria; Yannis Kokos firma decorado y vestuario, gris el primero y anónimo el segundo, con esos gabanes y abrigos que ya repiten hasta la saciedad. Tampoco hubo una acción escénica digna de una gran regia. Pero, en todo caso, aquí se han visto producciones peores.  * Andrea MERLI, corresponsal en Milán de ÓPERA ACTUAL