CRÍTICAS
INTERNACIONAL
'Norma' onírica de profundas pasiones humanas
Lausana
Opéra de Lausanne
Bellini: NORMA
Nueva producción
Francesca Dotto, Paolo Fanale, Lucia Cirillo, Nicolai Elsberg, Eléonore Gagey, Jean Miannay. Dirección musical: Diego Fasolis. Dirección de escena: Stefano Poda. 9 de junio de 2023.
Como colofón de la temporada de la Opéra de Lausanne, Éric Vigié quiso proponer la fórmula de éxito de la Alcina de la pasada temporada con el tándem Diego Fasolis–Stefano Poda. Si bien el resultado global fue satisfactorio, en esta ocasión no se recogerían tan espectaculares resultados. La propuesta de Poda, con una nueva Aida en Verona, huye de la lectura tradicional de galos y romanos para centrarse en los sentimientos de los personajes.
Un gran árbol colgante –muerto, o quemado– que sube y baja de la parte superior del escenario sin llegar a colocarse del todo en el suelo, sirve como eje neurálgico de la escenografía de Poda. Con un blanco constante cegador en las paredes el regista italiano quiso dibujar un mundo onírico de sueños y pesadillas en el cual los personajes no son otra cosa que la consecuencia de sus sentimientos más ocultos. Estos divagan debajo del árbol cual insectos del subsuelo. Norma es pura pasión, pero la suya propia que va evolucionando hacia un personaje oscuro, que se confiesa ante el pueblo, más interesada por su redención que por la responsabilidad de madre. Adalgisa, en cambio, aquí caracterizada como personaje más maduro que como la inocente sacerdotisa que se mueve por sus sentimientos y ansía la maternidad de Norma, se purifica por generosidad hacia su amiga. Todo ello, con los tintes habituales de la casa entre el blanco omnipresente, el negro y el rojo
Musicalmente, Fasolis apostó por su melange de varias versiones que en la obertura no terminó de funcionar, evitando la atmósfera que se suele crear, con algún sonido tosco y seco. Pero fue alzarse el telón y la calidad de la batuta del de Tesino se hizo valer, con juegos de dinámicas maravillosos y tempi y precisión, sobre todo de las cuerdas. Sin embargo, la Orchestra de Chambre de Lausanne no vivió en esta Norma una de sus mejores prestaciones, seguramente debido al cansancio acumulado y de las últimas giras. Pero con todo, es una orquesta de mucha calidad y si, en ocasiones, algunos solistas sonaron descuidados en el fraseo, y la coordinación foso-escenario no siempre funcionó, el conjunto fue muy disfrutable.
Vocalmente se trató de una Norma cargada de intencionalidad y voluntad de buen hacer, pero no siempre valió la adecuación vocal. Es cierto que la tradición manda que Pollione sea un tenor spinto y Paolo Fanale no lo es; la voz carecía de la proyección necesaria y los registros agudos y graves lo pusieron en más de una ocasión en algún aprieto, pero su canto es sincero, cuidado y la línea muy elegante. La voz de Lucia Cirillo como Adalgisa acompañaba perfectamente al concepto de Poda, con un color oscuro y desgastado y algún problema de afinación, pero de innegable musicalidad y refinamiento. Nicolai Elsberg resultó un Oroveso contundente de voz cavernosa e impactante.
Francesca Dotto, una de esas voces ascendentes del panorama lírico, acometió esta Norma más pendiente del cómo hacer que del cómo emocionar. Aunque si en su escena inicial no impactó en el recitativo, pasó por encima la cavatina y sufrió lo suyo en la cabaletta, su prestación fue de menos a más, con momentos en los que evocó lo mejor del pathos elegíaco, con un “Dormono entrambi” muy efectivo y un “Mira o Norma” junto a Cirillo, de gran calibre. * Albert GARRIGA, corresponsal en Lausana de ÓPERA ACTUAL