CRÍTICAS
INTERNACIONAL
No pasa el tiempo para la 'Butterfly' de Ollé
Roma
Tetaro dell'Opera
Puccini: MADAMA BUTTERFLY
Vittoria Yeo / Eleonora Buratto, Anna Maria Chiuri, Dmytro Popov, Roberto Frontali, Carlo Bosi. Dirección musical: Roberto Abbado. Dirección de escena: Àlex Ollé. 18 y 24 de junio 2023.
Creada en 2015 para las Termas de Caracalla y repuesta en 2021 en el Circo Massimo, esta producción de Madama Butterfly firmada por el director catalán Àlex Ollé (La Fura dels Baus) llegó al Teatro dell’Opera sin haber perdido nada de su contenido en el tiempo transcurrido ni tampoco en la adaptación de Alfons Flores al escenario del Teatro Costanzi, sede de la Ópera romana. Al contrario, algo ha ganado, porque en un teatro auténtico se perciben mejor los detalles de una regia que no fuerza la espectacularidad de la ópera al aire libre y que, en cambio, se concentra más en los gestos.
Aun atenuando su aspereza, Ollé mantiene intacta su puesta en escena de 2015, que eliminaba todas las japoneserías habituales y transformaba a Cio-Cio San en una muchacha de hoy. Su abandono por parte de Pinkerton y su vida en una barraca de madera y plancha en los arrabales de una ciudad moderna la han convertido en una mujer dura, desmañada, violenta e incluso vulgar, con sombrero de paja y pantalones cortos. Para hacer honor a este personaje se precisa una gran intérprete que sepa ser tan hábil en el canto como en la interpretación.
En el estreno lo encarnó Eleonora Buratto, que obtuvo un gran triunfo personal, pero en la segunda función, dos días después y aquí reseñada, tuvo que cancelar por motivos de salud siendo sustituida por Vittoria Yeo, llegada a Roma en el último momento, circunstancia que obligó a retrasar media hora el comienzo de la función. La soprano coreana, que conoce muy bien el personaje, no solo se integró sin problemas, aun sin poder contar con un solo ensayo de escena, sino que pudo ofrecer una interpretación intensa y conmovedora: pudo pasar de la joven enamorada de Pinkerton del primer acto al dramatismo y al dolor por el abandono, la esperanza de reunirse con su amado y su última desilusión, logrando conmover en la escena del suicidio hasta llegar a provocar lágrimas en los espectadores.
El tenor ucraniano Dmytro Popov pudo lucir su voz, pura y bien timbrada, aunque no excesivamente potente, dando una inteligente interpretación de un Pinkerton aparentemente simpático, pero en realidad hipócrita y detestable. Roberto Frontali confirió al papel de Sharpless el acento y la expresión justos, demostrando cómo un intérprete ya en plena madurez artística puede sacar todo su jugo a un papel más bien desagradecido. Muy bien Anna Maria Chiuri (Suzuki) y Carlo Bosi (Goro).
La calidad de la vertiente musical le debe mucho a la dirección de Roberto Abbado, que guio con suma atención a cantantes y orquesta, recreándose en las breves frases que caracterizan a Butterfly y evitando que la acción se fragmentase en un inútil detallismo, creando una tensión creciente en las escenas más dramáticas y culminando con un suicidio digno de una tragedia griega. Un gran éxito para todos, y un verdadero triunfo para Yeo.
El día 24 se reincorporó al reparto la soprano Eleonora Buratto tras haber cancelado por motivos de salud. Con la única salvedad de alguna nota algo forzada, sobre todo al principio y que podría atribuirse a su reciente afección, la soprano italiana ofreció una Cio-Cio San de gran relieve. Es la suya una interpretación de tipo tradicional, no exactamente coincidente con la concepción de Ollé. En el primer acto subrayó la gracia y los manierismos de la japonesita, escapándosele la sensualidad que se despierta en aquella jovencísima muchacha en la primera noche de amor tal y como indican letra y música. En los actos segundo y tercero, no obstante, su interpretación fue extraordinaria tanto en los pasajes líricos (su “Un bel dì vedremo” fue impecatante) como en los más patéticos y dramáticos del trágico final. El público le tributó aplausos entusiastas. * Mauro MARIANI, corresponsal en Roma de ÓPERA ACTUAL
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