CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Niza: Faust entre el lirismo y el 'verismo'
Opéra Nice
Gounod: FAUST
Chloé Chaume, Jeanne-Marie Lévy, Stefano Secco, Nicolas Courjal, Armando Noguera, Camille Tresmontant, Philippe Ermelier, Antoine Normand. Dirección: Giuliano Carella. Dirección de escena: Nadine Duffaut. 23 de mayo de 2019.
La puesta en escena de Nadine Duffaut –estrenada en Massy en 2017 y que se pudo ver en Marsella en febrero pasado– llegó a Niza con algún cambio de poca cuantía. El carácter abstracto del trabajo de Duffaut, la estilización de su escenografía (Emmanuelle Favre) y la espontaneidad de los movimientos teatrales de los intérpretes fueron aplaudidos una vez más.
Giuliano Carella dio de la partitura una opción grave, tremendista, mas afín a la tradición verista italiana que a la romántica francesa. Ello condicionó el trabajo vocal.
Apláudase ante todo el trabajo impecable del coro. Bien preparados por Giulio Magnanini, mostraron los coristas, dentro o fuera del escenario, un absoluto dominio del arte coral y el máximo respeto de la obra, sin tener demasiado en cuenta lo que les dictaba el foso.
En el gesto, más que en la voz, pareció Nicolas Courjal, Méphistophélès, algo fatigado en su primer diálogo con Faust. Las cosas se arreglaron muy deprisa y el bajo francés rindió luego con voz de trueno y gesto grandilocuente, un trabajo de primerísima calidad. Stefano Secco como Faust apoyó esencialmente su trabajo sobre las líneas musicales de su particella que esculpió finamente, y en los sobreagudos que afrontó con valentía y éxito. Chloé Chaume –ya oída en Metz el año pasado, donde brilló sobre todo la dirección de Cyril Englebert– en este papel, fue una Marguerite lírica, claramente contrastando con las órdenes del foso. Cierto que surgieron algunas dudas sobre la justeza de su canto, pero puso de relieve con naturalidad la fragilidad del personaje y, sin forzar la intensidad de la voz, fortaleció la defensa de su amado en su escalofriante intervención final.

Chloé Chaume interpretó a una Margherite lírica, algo que contrastó con el tono 'verista' de la batuta de Giuliano Carella
Armando Noguera interpretó con voz de oro el papel del hermano de Marguerite; la proyección de su emisión sigue creciendo sin esfuerzo aparente ni pérdida de timbre. Fue un Valentin de lujo que resplandeció sobre todo en la segunda parte de su actuación por ser dramática, más conforme con las indicaciones del foso. No hay que olvidar los decires fluidos de Camille Tresmontant -Siebel-, bien integrados al carácter del sufrido personaje, ni la aportación de Jeanne-Marie Lévy en el simpático personaje de Dame Marthe. Antoine Normand estuvo muy en su rol del viejo Faust. Su voz, tal vez fingidamente envejecida, topó con el ritmo trepidante del pasaje “A moi les plaisirs…” que resolvió con gran tranquilidad.
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