CRÍTICAS
NACIONAL
Saioa Hernández, orgullosa y combativa Abigaille
Madrid
Teatro Real
Verdi: NABUCCO
Reparto alternativo
George Gadnidze, Saioa Hernández, Michael Fabiano, Alexander Vinogradov, Elena Maximova, Simon Lim, Fabián Lara y Maribel Ortega. Coro y Orquesta titulares del Teatro Real. Dirección musical: Nicola Luisotti. Dirección de escena: Andreas Homoki. 9 de julio de 2022.
Las múltiples combinaciones de cantantes que se dan en este Nabucco hacen difícil diferenciar segundos o terceros repartos del primero, así que aquí se consignarán las diferencias de esta función respecto al día del estreno.
El principal cambio fue el de Abigaille, encarnada en este caso por Saioa Hernández, a quien por suerte ya se puede escuchar con mayor asiduidad en Madrid. Para superar las no pocas complicaciones del papel la soprano madrileña construyó un sonido realmente sólido a partir una voz atractiva, bien colocada y que hace de su trabajado registro central la base para poder llegar a la coloratura sin sensación de fatiga o tensión. En su punto culminante, el infernal recitativo “Ben io t’invenni”, se manejó con naturalidad por las dos octavas que requiere, y contrastó con gusto en el fraseo posterior del aria, “Anch’io dischiuso un fiorno”, tan cercana a Donizetti en tantas cosas. En cualquier caso, su momento de mayor potencia llegó en la cabaletta. En el aspecto dramático, y aún sin ser favorecida por el montaje, Hernández supo exteriorizar el espíritu combativo y orgulloso de la antigua esclava sin caer en el histrionismo ni la furia gratuita.
George Gagnidze se encargó de Nabucco, con mejor presencia escénica que profundización canora. Se benefició de la oscuridad natural de su timbre para proponer un rey de Babilonia más terrenal y menos noble de lo esperado, con ataques en exceso directos y emisión, un punto abierta que contrarrestó con un interesante manejo de la paleta de colores propia de su voz. Sin llegar al nivel de Hernández, cumplió con su papel de manera coherente. A un altísimo nivel estuvo Alexander Vinogradov dando vida a Zaccaria, uno de esos papeles de bajo infernales tan verdianos que han de dar notas del averno y agudos de héroe, acercándose al modelo de ese Felipe II de Don Carlo que supone un auténtico regalo para la cuerda. El bajo ruso impuso su personal voz y dominó sin debilidades todo el ámbito exigido, con tonos baritonales en ocasiones y mucha dirección en la línea melódica.
Completaba las novedades esta noche Elena Maximova, con un registro central y grave muy bien colocado y más difuminado en su ascenso al agudo. Supo acomodarse a la lectura de Luisotti de “Oh, dischiuso è il firmamento!”, manteniendo una emisión cuidada en todo momento.
Aunque ya se dijo en el estreno, el coro es el completo protagonista de Nabucco, y es un lujo poder contar con un coro como el Intermezzo noche tras noche, y cuya actuación va mucho más allá del bis en el “Va pensiero” y su dilatada nota final. Extrovertida, balanceada y magnífica en el apartado rítmico la lectura de Nicola Luisotti. Solo resta esperar qué día se bisará doblemente el coro de esclavos. * Mario MUÑOZ, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL
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