'Nabucco' para un inicio vigoroso de Viernes de Ópera

Oviedo

21 / 09 / 2021 - Diana DÍAZ - Tiempo de lectura: 3 min

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nabucco-operaaoviedo-operaactual Una imagen del montaje de Emilio Sagi de 'Nabucco' © Ópera de Oviedo / Iván MARTÍNEZ

Ópera de Oviedo

Verdi: NABUCCO

Viernes de Ópera: Reparto alternativo

Ernesto Petti, Matheus Pompeu, Javier Castañeda, Maite Alberola, Olga Syniakova, Deyan Vatchkov, Facundo Muñoz, María Zapata. Dirección: Gianluca Marcianò. Dirección de escena: Emilio Sagi. Teatro Campoamor, 17 de septiembre de 2021.

Nabucco es uno de los títulos imprescindibles en la historia de la Ópera de Oviedo y en su temporada número setenta y cuatro resurge para abrir el cartel, en la producción que ya fuera un éxito en 2015. En la memoria del público todavía permanecían imágenes de esta propuesta con el «rojo Sagi» que subraya la fuerza de esta ópera, sobre la conquista y expulsión de los judíos de Jerusalén por parte del rey de Babilonia. La escena de Emilio Sagi responde a las necesidades de este título, con una fuerza dramática que anuncia óperas de Verdi posteriores. Mientras, las luces de Eduardo Bravo redibujan estructuras para articular el avance del argumento y destacar puntos de inflexión en esta historia de traiciones y codicia.

Nabucco supuso además en el Teatro Campoamor el regreso de Gianluca Marcianò en la dirección musical, al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), que sonó equilibrada y con resolución desde el foso a pesar todavía de las restricciones de la pandemia, que afectan por el espacio al tamaño de la plantilla. Paralelamente, el aumento del aforo del teatro en este inicio de temporada recupera mayor calidez de ambiente, y esa energía sin duda retroalimenta el espectáculo, pues se transmite desde las butacas, pero se devuelve desde el escenario.

"Hay que destacar la evolución de Abigail a partir del segundo acto, para lucir Alberola toda su extensión de medios vocales y expresivos, en uno de los personajes más complicados para su cuerda"

En este segundo reparto (Ver crítica del primero) se impuso una Maite Alberola poderosa en el papel de Abigail. La soprano interpretó a la antigua esclava y supuesta hija del rey Nabucco, con una interpretación sin aristas, manteniendo la fuerza del personaje en los diferentes pasajes de su rol vocal. Con ello hay que destacar la evolución de Abigail a partir del segundo acto, para lucir Alberola toda su extensión de medios vocales y expresivos, en uno de los personajes más complicados para su cuerda, y antesala de personajes verdianos de gran carga dramática. También Ernesto Petti, en la piel Nabucco, creció tras el primer acto, tras la entrada del rey conquistador, con una interpretación que se afianzó durante la representación. El barítono defendió un papel rico en claroscuros que es necesario asentar en su evolución dramática –del rey castigado al rey justo–, para cubrir con personalidad escénica y también vocal. En este sentido, Petti hizo creíble al personaje sin incomodidades, con una factura vocal sólida en este Viernes de Ópera.

La ópera Nabucco tiene un tercer papel solista fundamental, que es el pontífice Zaccaria, otro rol verdiano de importante dificultad, para bajo cantante. En esta función Zaccaria fue Javier Castañeda. El sacerdote de los hebreos debe transmitir fuerza y solemnidad, en una partitura exigente por su extensión y su riqueza de intensidades sonoras. El bajo-barítono resolvió su parte con interesantes contrastes y una flexibilidad vocal adecuada, a destacar en la plegaria del segundo acto. Nabucco es además una ópera coral, y el Coro Titular de la Ópera de Oviedo, que dirige Pablo Moras, marcó presencia desde el inicio de la obra. El famoso ruego del pueblo hebreo que canta a orillas del río, el coro «Va pensiero», fue un momento para la intimidad celebrado por el público. Nunca sobra recordar que este célebre coro de esclavos alzó a Verdi como símbolo del Risorgimiento. Es más, se dice que este número del libreto de tema bíblico avivó el impulso de Verdi para escribir la ópera, lo que supuso abandonar la idea de renunciar a la carrera de compositor lírico, en un momento vital difícil para el italiano.

En las voces solistas es necesario subrayar también las intervenciones de Olga Syniakova como Fenena, quien, como Petti y Castañeda, debutaba en la Ópera de Oviedo. La mezzosoprano aprovechó las apariciones de la hija de Nabucco para lucir un instrumento vocal moldeable, con medios sobrados para despuntar en el segundo y cuarto actos. El tenor Matheus Pompeu también debutó en estas tablas como Ismaele, con la energía propia del personaje, amante de Fenena, aunque todavía por asentar en lo vocal este rol para darle todo el relieve en la ópera. Deyan Vatchkov repitió en el reparto del Viernes de Ópera como el Sacerdote de Baal, así como Facundo Muñoz como Abdallo, y María Zapata como Anna, para redondear el reparto vocal. Con todo, el reparto se escuchó bien equilibrado, y totalmente entregado a esta obra, donde Verdi liberó energías renovadoras, dejando atrás desgracias familiares y fracasos líricos anteriores. Viva Verdi. * Diana DÍAZ, crítica en Oviedo de ÓPERA ACTUAL