CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Meli, Meade y Tézier, trío de ases para ‘Ernani’
Roma
Teatro dell'Opera di Roma
Verdi: ERNANI
Angela Meade, Francesco Meli, Ludovic Tézier, Evgeny Stavinsky. Dirección musical: Marco Armiliato. Dirección de escena: Hugo de Ana. 3 de junio de 2022.
El Teatro dell’Opera de Roma contrató a cuatro grandes voces para recuperar la verdiana Ernani. Y acertó. Francesco Meli fue un intérprete ideal para el protagonista de la gran ópera juvenil de Verdi, un joven que se rebela contra las injusticias y está románticamente enamorado de Elvira. Su interpretación fue ardientemente pasional y al mismo tiempo rica en matices y atenta al estilo. La estadounidense Angela Meade confirmó unas posibilidades vocales prácticamente ilimitadas, pero, en todo caso, se mostró una tanto fría. Sorprendentemente las agilidades de su dificilísima aria di sortita, la espectacular “Ernan, Ernani, involami”, fueron un tanto aproximativas, quizá por la emoción que le despertaba su debut en Roma. El barítono Ludovic Tézier interpretó un Don Carlo de timbre bruñido, con fraseo vigoroso y una óptima dicción. El bajo ruso Evgeny Stavinsky, aun con una voz un tanto clara y no muy potente, supo expresar no solo el lado oscuro del pérfido e implacable Silva, sino también su dolor de enamorado y su decepción al verse traicionado, detalles que muchos intérpretes ignoran.
A Marco Armiliato hay que reconocerle el mérito de optar por una edición completa de la ópera, sin los cortes habituales y recuperando casi media hora de música. Su interpretación, sin embargo, tendía a llevar hasta el extremo el dramatismo verdiano: todo era muy rápido y muy fuerte, con el riesgo de incrementar la brusquedad de una obra que presenta en realidad muchos contrastes y que a los momentos dramáticos une pasajes líricos y amorosos. Armiliato consiguió, con todo, obtener una hermosa tinta verdiana de la orquesta, mientras el coro parecía sufrir con la velocidad de los tempi.
La dirección escénica de Hugo de Ana, que firmaba también escenografía y vestuario, se había visto ya en Roma en 2013 en el Ernani dirigido por Riccardo Muti. La imponente escenografía consiste en monumentales edificios de estilo renacentista sobrepuestos entre sí y afectados por grandes grietas, de los que se desprende una sensación opresiva y precaria en sintonía con el espíritu de la obra. Pero la dirección de escena deja a los protagonistas y al coro en situaciones estáticas que les hace parecer incómodos con su entorno. Por dar un solo ejemplo, cuando Ernani canta la cabaletta del primer acto, “O tu che l’alma adora, bien, la mia vita infiora”, desenvaina la espada con fiero ademán, lo que no se comprende si está en medio de un sueño de amor.
El público aplaudió calurosamente, en especial a soprano y barítono. * Mauro MARIANI, corresponsal en Roma de ÓPERA ACTUAL
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