Mattia Olivieri entre dos mundos

Barcelona

17 / 03 / 2022 - Antoni COLOMER - Tiempo de lectura: 3 min

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Mattia Olivieri / operaactual.com Mattia Olivieri y Michele d'Elia © Elisenda CANALS
mattiaolivieri / operaactual.com Mattia Olivieri durante su recital en el Life Victoria © Elisenda CANALS

Recinte Modernista de Sant Pau

Recital MATTIA OLIVIERI

Debut en LIFE Victoria

Obras de Bell, Liszt, Ravel e Ibert. Mattia Olivieri, barítono, Michele d’Elia, piano. 15 de marzo de 2022.

Tras la cancelación de su recital el pasado otoño, el barítono Mattia Olivieri se presentó por fin en el Festival de Lied Life Victoria acompañado por el pianista Michele D’Elia con un programa, en principio exclusivamente dedicado a la canción, pero que concluyó con una generosa tanda de propinas operísticas. No cabe duda de que el joven cantante italiano es una de las figuras más prometedoras de su cuerda en un momento en el que no abundan los barítonos italianos; posee una voz de perfiles líricos, algo adecuado y coherente con su edad, pero que tiene visos de aumentar caudal y densidad con el paso del tiempo. Además, técnicamente domina con autoridad un instrumento de bello color y amplio registro que sabe plegar y recoger a voluntad.

Olivieri se ha manifestado en distintas ocasiones como un enamorado del repertorio liederístico y ha insistido en su voluntad de profundizar en él y darle espacio en su apretada agenda. Condiciones las tiene de sobras, tanto vocales como interpretativas. Otra cosa es que un repertorio tan delicado y exigente estilísticamente como el de la canción, si realmente hay la voluntad de incorporarlo a su actividad regular, requiere máxima dedicación y rigor. Y en ese sentido, su recital pareció más una declaración de intenciones que una realidad.

El recital se inició con un interesante estreno, un díptico con música del compositor inglés Iain Bell a partir de textos de Dante titulado Amore Immortale. En él se puso de manifiesto el talento lírico de un joven compositor que ya ha estrenado ni más ni menos que cinco óperas en teatros tan importantes como el Theater and der Wien, English National Opera o New York City Opera. Olivieri y d’Elia regalaron una interpretación intensa y comprometida en la que las facultades vocales del barítono se pusieron claramente de manifiesto.

"Aferrado a la partitura, el barítono ofreció una lectura por momentos intensa de los 'Sonetti di Petrarca', pero en líneas generales poco orgánica, como si aún no hubiese interiorizado del todo la obra"

Tras una intrascendente interpretación de la transcripción de Liszt de la famosa aria de Wolfram, del Tannhäuser wagneriano por parte de Michele D’Elia, Olivieri acometió los tan geniales como comprometidos Tre sonetti di Petrarca, de Franz Liszt. Una obra singular, de gran impacto dramático, que se mueve entre la efusividad operística y la sutileza del Lied. Aferrado a la partitura, el barítono ofreció una lectura por momentos intensa, pero en líneas generales poco orgánica, como si aún no hubiese interiorizado la obra, incluidas dudas en algunos ataques. Las facultades, tanto en lo vocal como en lo sensible para una gran versión de los Sonetti, en todo caso, están ahí, pero aún no se han integrado en la epidermis de un cantante que tendió más a la expansión operística.

Más adecuadas estilísticamente resultaron las Cinq mélodies populaires grecques, de Maurice Ravel, que abrieron la segunda parte del recital, en las que se puso de manifiesto un buen trabajo de recogimiento y estilización en el fraseo. El repertorio francés parece adaptarse muy bien a las condiciones del cantante que también se mostró efectivo en las Quatre chansons de Don Quichotte, de Jacques Ibert. En cambio, en las compuestas por Ravel para el mismo film volvieron a asomar ciertas inseguridades musicales e indefinición en la gradación de las dinámicas pese, de nuevo, a la apabullante exhibición vocal. Por si no había quedado claro que la escuela de la que proviene Olivieri es la operística, el cantante se arrancó al final con tres generosas propinas, dos dedicadas a Rossini (L’italiana in Algeri e Il barbiere di Siviglia) y una tercera procedente de Le maschere, de Pietro Mascagni. Tres magníficas interpretaciones en las que todas aquellas dudas e inseguridades intuidas anteriormente desaparecieron como por arte de magia.  * Antoni COLOMER, crítico de ÓPERA ACTUAL