CRÍTICAS
NACIONAL
Los bohemios, ahora en un viejo taller navarro
Pamplona
Ópera Garage
Puccini: LA BOHÈME
Mariola Cantarero, Francisco Corujo, Borja Quiza, Ruth Terán, Gerardo Bullón, José Antonio García, Pedro Quiralte. Piano y dirección: Borja Mariño. Dirección de escena: Emiliano Suárez. Colegio de los Salesianos, 5 de marzo de 2020.
Llegó a Pamplona la Ópera Garage creada por Emiliano Suárez y Macarena Bergareche que ya ha podido verse en Bilbao, Barcelona y Madrid, y lo hizo en el antiguo taller mecánico del Colegio de los Salesianos, un espacio que próximamente será derruido. Este formato pretende sacar la ópera de su hábitat habitual para acercarlo a nuevos públicos dentro de un entorno alternativo y, como ya se ha dicho, consigue plenamente su objetivo ya que la respuesta del público es unánime y muy positiva gracias a la cercanía que se consigue, haciendo que el espectador se implique en lo que está sucediendo. Merece todo el reconocimiento cualquier propuesta que ayude a crear nuevos públicos. Si además se le añade un conjunto de cantantes de primer orden, el éxito está garantizado.
La puesta en escena se adaptó a la perfección con las características del local y al entorno en el que se desarrolla siendo importantísima la iluminación. Con escasos elementos de atrezo y una zona central en la que se desarrolla la acción rodeada del público, la iluminación juega un gran protagonismo y el diseño de luces de Carlos Alzuelta resultó talmente acertado, en especial en el tercer acto. Completó el conjunto el vestuario creado por Carola Baleztena adaptado a cada uno de los personajes y la situación.
En la parte musical merece resaltarse el sobresaliente trabajo de concertación de Borja Mariño al piano, con perfecto control de cada una de las notas y atento en todo momento a los cantantes. La protagonista fue la soprano granadina Mariola Cantarero, una Mimì de gran voltaje, sobrada de medios, perfectamente dominados y con un exquisito uso de las medias voces. Su pareja, Rodolfo, fue Francisco Corujo que se anunció padecía un edema en una de las cuerdas vocales, por lo que su rendimiento se vio lastrado por este hecho, aunque, pese a todo, ofreció una plausible versión con un instrumento no sobrado de volumen, pero que encajaba perfectamente con el lirismo del personaje. El personaje de Musetta lo interpretó la soprano Ruth Terán, grata sorpresa para muchos, que bordó el momento del vals en el Café Momús durante el descanso. Las voces graves también estuvieron excelentemente servidas, comenzando por el Marcello de Borja Quiza, quien debutara el personaje en esta misma ciudad en 2007 y que encaja como un anillo al dedo a sus características vocales, pletórico de medios. Un lujo Gerardo Bullón como Schaunard, sobrado de recursos, al igual que José Antonio García como Colline, con una correcta versión del aria “Vecchia zimarra”. El público respondió calurosamente ante un espectáculo que había despertado gran curiosidad en la ciudad y que agotó las localidades.
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