Marina Viotti y el amor en retazos

Barcelona

26 / 10 / 2021 - Marcelo CERVELLÓ - Tiempo de lectura: 2.5 min

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viotti-life-operaactual Marina Viotti en un momento del recital © LIFE Victoria / Elisenda CANALS

Festival LIFE Victoria

Recital de MARINA VIOTTI

Obras de Debussy, Händel, Satie, Piaf, Schoenberg, Gershwin, Barber, Britten y otros. Todd Camburn, piano. Gerry López, saxofón. Antoine Brochot, contrabajo. Sant Pau Recinte Modernista, 23 de octubre de 2021.

El programa de un recital puede representar poco pero acaba influyendo definitivamente en los resultados. Estos retales hábilmente recosidos y compartimentados por la mezzosoprano suiza Marina Viotti para ilustrar los amores perdidos, solitarios, imposibles o eternos, podían no adaptarse  a la construcción formal de una Liederabend, pero fueron auténticas perlas que, cuidadosamente engarzadas, acabaron conformando un recital de mucha entidad.

"La artista mostró una dicción magistral y un timbre jugoso que sacaría el máximo partido del material operístico al tiempo que cepillaría con talento el intimismo o el desaliento"

Viotti, que ya se había dado a conocer en el Liceu con Il viaggio a Reims y Les contes d’Hoffmann, dio todo un recetario de clase en un menú que alternaba la ópera (Carmen, Serse, La donna del lago) con el Lied (Schubert, Schoenberg, ese inesperado dúo de Schumann para el que requirió la colaboración del tenor Airam Hernández), la opereta (La Périchole) o la canción de cabaret (Piaf, Brel, el Johnny de las Cabaret Songs de Britten). En todo este material mostró la artista una dicción magistral y un timbre jugoso que sacaría el máximo partido del material operístico al tiempo que cepillaría con talento el intimismo o el desaliento de los ejemplos de Montsalvatge, Satie o Bolcom.

A la fiesta se apuntaron desde el primer momento el pianista Todd Camburn, que abriría la sesión con el Clair de lune de Debussy, el saxofonista mexicano Gerry López, también protagonista exclusivo de un bien torneado Bésame mucho, y el contrabajo de Antoine Brochot. La ceremonia, salpimentada con las presentaciones de la propia protagonista y de algún apunte gestual de modesta eficacia, acabó con un jubiloso Feeling Good de la directora del circo, acogido con alborozo por un público que no ocultó su satisfacción por el espectáculo ofrecido. Abigarrado, ciertamente. Pero memorable también.  * Marcelo CERVELLÓ, corresponsal en Barcelona de ÓPERA ACTUAL