CRÍTICAS
NACIONAL
Serafin solventa con nota la urgencia grancanaria
Las Palmas de Gran Canaria
Ópera de Las Palmas
Puccini: MANON LESCAUT
55ª Temporada Lírica Alfredo Kraus de ACO
Martina Serafin, Murat Karahan, Youngjun Park, Jeroboám Tejera, César Morales, César Arrieta, Lara-Claire Bourdeaux, Julian Padilla, Mario Méndez, Luciano Miotto. Dirección musical: Antonello Allemandi. Dirección de escena: Carlo Antonio de Lucia. Teatro Pérez Galdós, 24 de febrero de 2022.
Se abrió la temporada Amigos Canarios de la Ópera (ACO) volviendo al Teatro Pérez Galdós sin límites de público, pero con todas las precauciones necesarias en tiempos de pandemia, incluyendo mascarilla obligatoria y control de temperatura. Por ahora en Gran Canaria la ópera se ejecuta sin entreactos, presumiblemente para evitar contactos entre el público. Sin cortes en la partitura esta decisión es plausible en Manon Lescaut, cuya duración supera de poco las dos horas. Habrá que ver qué pasará con los próximos títulos; es de esperar que se encuentre una solución aceptable sin recurrir a mutilaciones.
Otro problema en tiempos víricos es que en el reparto alguien resulte positivo en los PCR. Sin embargo, en Las Palmas ha sido una vulgar traqueítis la que puso fuera de combate a la esperada soprano uruguaya María José Siri justo antes del ensayo pregeneral. Encontrar una sustituta libre y dispuesta a viajar a Gran Canaria no fue fácil, pero ACO tuvo la suerte contratar a la austriaca Martina Serafin, que demostró ser una profesional de una pieza no solo por salvar las tres funciones programadas sin ensayar, sino también porque ofreció una interpretación de altísimo nivel. Vocalmente sobrada, con un agudo que sigue siendo impactante y de gran efecto, un auténtico flechazo de armónicos y de perfecta afinación, Serafin creó su personaje en un in crescendo dramático resultando tan creíble en los primeros dos actos, como dramática y temperamental en el tercero y, sobre todo, el cuarto, en el que llegó a emocionar por su desgarradora interpretación.
Muy esperado era el debut del tenor turco Murat Karahan, de hermoso timbre y canto efusivo, pero este rol de Puccini requiere un lirico spinto y por ello tuvo que engrosar excesivamente el instrumento resultando por momentos de sonido engolado. En el curso de la ópera fue de menos a más, llegando a exhibir squillo en el último acto, el que fue, sin dudas, el más logrado musical y visualmente.
Hay que abrir un paréntesis sobre la puesta en escena, una coproducción de ACO con el Teatro de Lvil, es decir Sebastopol en Crimea, hoy de triste actualidad. Se trata de un espectáculo convencional, bastante ramplón y algo añejo, sin una regia reconocible tanto en la dirección de los solistas como en los movimientos del coro. Lo firmó Carlo Antonio de Lucia; el decorado fue a cargo de Daniele Piscopo y la iluminación, de Iban Negrin.
Generoso de voz y con un timbre de grato color se apreció al barítono coreano Youngjun Park. Muy centrado, por su parte, el bajo tinerfeño Jeroboám Tejera en un bien caracterizado Geronte y también resultó apreciable el Edmondo, y más tarde el Farolero, del tenor César Arrieta. Convincente el Músico de la inglesa Lara-Claire Bourdeaux y correctos tanto el Maestro de baile del tenor Mario Méndez, como el Comandante de Julián Padilla, el Sargento de Luciano Miotto y el Hostelero de César Morales.
La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y el Coro de ACO, muy bien instruido como siempre por Olga Santana, obedecieron a la batuta del Antonello Alemandi, siempre una garantía de profesionalidad y de buen hacer musical en estos casos extremos. Su dirección del famoso Intermezzo, en el que aparece el acorde del Tristan und Isolde wagneriano, fue sin duda uno de los momentos sobresalientes de toda la velada. * Andrea MERLI, crítico de ÓPERA ACTUAL
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