CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Magníficas 'Bodas' escénicas, anodinas musicalmente
Zúrich
Opernhaus Zürich
Mozart: LE NOZZE DI FIGARO
Nueva producción
Daniel Okulitch, Anita Hartig, Morgan Pearse, Louise Alder, Lea Desandre, Malin Hartelius, Yorck Felix, Speer, Spencer Lang, Christophe Mortagne, Ziyi Dai, Ruben Drole. Dirección: Stefano Montanari. Dirección de escena: Jan Philipp Gloger. 3 de julio de 2022.
La última nueva producción de la temporada de la Opernhaus-Zürich se saldó con un resultado irregular a nivel musical pero con una hilarante y actualizada propuesta escénica firmada por Jan Phillip Gloger. El regista suizo ya ha dejado muestras de su buen hacer en otras producciones en Zúrich, sobre todo con su magnífico Turco repuesto este curso. Gloger revisa y actualiza sus Bodas transformándolas en una divertida sátira sobre la sociedad actual. El Conde de Almaviva, aquí como el hermano mayor de Cherubino, elabora un Código de Conducta que utiliza para regular meticulosamente las interacciones en su palacio. Incluso lo obvio es ahora ley: no se toleran las agresiones a los empleados. Eso es lo que dice una proyección en lo alto del escenario al inicio y entre actos. Una manera inteligente y mordaz de actualizar los entresijos de Mozart y Da Ponte y del original de Beaumarchais.
Musicalmente hubo un poco de todo, empezando por la batuta de Stefano Montanari que no ayudaría a crear las sutilezas ni el juego de dinámicas establecido por el compositor salzburgués. Cierto que cada maestro puede dirigir sus Bodas con los dos válidos y contrapuestos referentes de Harnoncourt o, el más actual, Currentzis. Lo cierto es que Montanari está muy pendiente de los recitativos, pero descuida la obertura, las arias, dúos y conjuntos, en una lectura que se hace plana. Hubo muy poca delicadeza en la introducción del segundo acto que, por cierto, dejó en evidencia las deficiencias de una Anita Hartig totalmente inadecuada para la Condesa, con un final de segundo acto reprochable y un “Dove sono” para el olvido.
Por otros lares correría su compañera de líos, la Susanna de Louise Alder; la soprano británica supo hacer florecer los matices de un rol que demanda sutileza y buen hacer, y su “Deh vieni non tardar” fue uno de los momentos más emotivos de la velada. El joven barítono australiano Morgan Pearse estuvo sobrado como Fígaro, mostrándose generoso en cuanto al canto y a la actuación teatral. Lea Desandre es el Cherubino del momento, lo está paseando por todos los teatros, y si en el Liceu barcelonés no terminó de convencer, en Zúrich estuvo espléndida, desde “Non so più cosa son cosa faccio” o en una muy elegante “Voi che sapete”. El Almaviva del barítono Daniel Okulitch no terminó de convencer por un canto algo tosco que le haría estrellarse en “Hai già vinta la causa”. Malin Hartelius fue una estupenda Marcellina-Kris Jenner y Yorck Felix Speer un muy creíble Bartolo. También a destacar la joven soprano Ziyi Dai como Barbarina. * Albert GARRIGA, corresponsal en Zúrich de ÓPERA ACTUAL