CRÍTICAS
NACIONAL
El amor y la amistad de 'Los Gavilanes' para estos tiempos oscuros
Oviedo
XXIX Festival de Teatro Lírico Español
Guerrero: LOS GAVILANES
Àngel Òdena, Carmen Solís, José Bros, Beatriz Díaz, Lander Iglesias, Esteve Ferrer, Marisa Vallejo, María José Suárez, Enrique Baquerizo, Bárbara Fuentes, Sagrario Salamanca, Enrique Dueñas, Alfonso Aguirre, Luis Alija. Dirección musical: Miguel Ángel Gómez Martínez. Dirección de escena: Mario Gas. Teatro Campoamor, 26 de febrero de 2022.
El vuelo de Los Gavilanes, en la producción del Teatro de La Zarzuela, tuvo una parada muy esperada en el Teatro Campoamor, en la programación del XXIX Festival de Teatro Lírico Español. Esta zarzuela es uno de los títulos importantes del género de los años veinte, con la firma de Jacinto Guerrero, para la última época dorada de la zarzuela. En estos Gavilanes, la aldea a la que regresa el indiano Juan tiene sus aristas, cuando con el paso de los años los amores de juventud al fin confluyen. Así parece traslucirse en la escenografía, muy pictórica, con ese gusto por la geometría propio de las vanguardias de inicios de siglo XX. Los fondos acentúan una sensación de movimiento, con las formas y gradaciones cromáticas, a veces con cierto efecto asfixiante, acompañando cierto inmovilismo de la aldea de pescadores donde sucede la trama, cuya tranquilidad sacude la vuelta del acaudalado vecino.
La vuelta al origen –a la aldea de Juan– parece indicarse desde el faro que guía, a telón abierto, en el inicio de la obra; con esa luz triangular que nunca se despide de la escenografía. También la iluminación colorea las estructuras, mientras se reconocen elementos utilizados en la escenografía de The Land of Joy semanas atrás. Con la luz se rompe además la barrera con el público en el conjunto «¡Amigos, siempre amigos!», mientras se iluminaba la sala en la escena del segundo acto. Luz, color, amor y amistad: son palabras cargadas de esperanza, y que se transmiten en esta zarzuela, para estos tiempos oscuros que vive el mundo, cargados de incertidumbre.
La obra posee una fuerza dramática constante que se traduce en una música brillante y compleja. Con ello, la selección adecuada del reparto es fundamental, y en Oviedo las voces defendieron la zarzuela con nota, bajo la dirección musical de Miguel Ángel Gómez Martínez, y con Oviedo Filarmonía siempre como pilar en el foso. Así, Àngel Òdena fue el indiano protagonista contundente en su presentación; el barítono lució su línea melódica, poderosa, en «El dinero que atesoro». La ambición por el corazón de Rosaura le puede en la romanza «¡No importa que al amor mío!», de fuerte impulso, que lleva al enfrentamiento entre los dos enamorados.
Beatriz Díaz, en el papel de Rosaura, fue el objeto de las disputas del cuarteto amoroso de Los Gavilanes. La soprano marcó presencia en su presentación, cantando al amor con esperanza, frente a Bárbara Fuentes y Sagrario Salamanca –como las sobrinas de Juan–, con las que perfilar delicados números vocales. Los dúos de la soprano con su amado Gustavo funcionaron perfectamente, como el reencuentro de los jóvenes enamorados. Gustavo fue José Bros: una de las figuras de la lírica más queridas por la afición asturiana. Hay que destacar el dúo de Rosaura y Gustavo, previo a la boda, con una evolución refinada, en la intimidad de la noche. La vuelta de Bros al Campoamor era muy esperada por el público, y se percibió en el murmullo en cuanto el tenor asomó en escena con «Soy mozo y enamorado«. Hay que destacar su «Escena de la flor», con un fraseo muy expresivo y flexible en los volúmenes. La madre de Rosaura, Adriana, fue Carmen Solís; su dúo con Díaz de tercer acto supuso uno de los mejores momentos de la velada, cuando Adriana confiesa sus sentimientos a su hija, cuando la soprano lució su poder vocal dramático.
Es necesario subrayar la participación imprescindible de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo. Cabe añadir en este punto que la música en la ciudad está de luto tras la pérdida de Francisco González Álvarez-Buylla, quien fuera presidente de la agrupación durante más de 30 años, tal y como se informó el pasado lunes. Frente a las lágrimas de hoy, personajes como Clariván y Triquet, en la interpretación de Lander Iglesias y Esteve Ferrer, respectivamente aseguraron una sonrisa desde estos Gavilanes con mensaje. También la chispa de María José Suárez como Renata redondeó un reparto que completaron Marisa Vallejo como Leontina y Enrique Baquerizo como Camilo, entre otros. Porque «no todo lo logra el dinero», como entona la copla de Los Gavilanes. * Diana DÍAZ, corresponsal en Oviedo de ÓPERA ACTUAL
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