CRÍTICAS
NACIONAL
Lilith y los nuevos horizontes
Madrid
Fundación Juan March
David DEL PUERTO: LILITH, LUNA NEGRA
Nueva producción en 'streaming'
Joana Thomé da Silva, Ruth González, Enrique Sánchez-Ramos. Ensemble Lilith. Dirección: Alexis Soriano. Libreto y dirección de escena: Mónica Maffía. 16 de marzo de 2021.
La Fundación Juan March ha decidido proseguir con su ciclo de ópera de cámara, con el estreno en Madrid de la ópera Lilith, luna negra, con música del compositor David del Puerto y letra de Mónica Maffía. Siendo como es una obra de cámara, Lilith… no deja de ser obra ambiciosa en su planteamiento y su desarrollo. Se basa en la leyenda de una figura demoníaca, la Lilith de los tiempos primeros de la humanidad, a la que Maffía otorga una categoría muy particular: la de la primera mujer feminista («empoderada», dicen las notas del programa, al parecer sin ironía) de la historia de la humanidad.
El conflicto dramático surge del enfrentamiento primero con Adán, de cuyo empoderamiento previo por el Señor anda un poco celosa Lilith, que se decide a buscar nuevos horizontes. Prosigue con la llegada de Eva, que a su vez acaba influenciada por el espíritu independiente de su antecesora y amargándole un poco la existencia a Adán. El público está ante el triángulo original, por tanto, con una femme fatale reconvertida al activismo, escenificado en un texto sucinto, elegante, bien calibrado, al que no le faltan –ahora sí– algunas notas de humor.
David del Puerto es un artista experimentado y bien conocido, que tiene en su haber otras obras dramáticas, en particular Sol de Invierno y Vacaguaré. Su partitura es de un extraordinario interés en cuanto sigue muy atentamente las vicisitudes del texto, variando desde la escritura silábica inicial a otra más amplia, con extraordinarias sutilezas y cromatismos, y consiguiendo una forma de fusión, muy contemporánea, a veces hipnótica y siempre teatral, entre estéticas divergentes, desde la atonalidad al barroco, la música popular y algún toque de jazz.
El Ensemble Lilith conforma una orquesta reducida, pero muy contrastada y completa (flauta, saxofón alto, clarinete bajo, violín, violonchelo y guitarra). Instalada en un lado del escenario, da soporte al argumento, lo colorea y lo anima sin tregua e incluso –porque cada instrumento tiene categoría de solista– interviene en la acción dando voz a algún personaje animal. Excelente y eficaz, la dirección de Alexis Soriano.
Dio vida a Lilith la mezzo Joana Thomé da Silva, con un instrumento denso y atractivo, al mismo tiempo sensual y adecuado para las exigencias de coloratura. El barítono Enrique Sánchez Ramos, que conoce bien el repertorio barroco y el contemporáneo, compuso un muy creíble Adán, con una voz flexible, elegante, muy matizada. La soprano Ruth González, de voz argentina y limpia, se encargó de una Eva que, como sus dos compañeros de andanzas primigenias, no deja de evolucionar a lo largo de toda la función, aunque no se sepa si lo hace para bien. La autora del libreto y directora de escena se encargó de un espectáculo sencillo, pero eficaz, atractivo y en más de un momento muy hermoso, de intensa capacidad de evocación.