CRÍTICAS
NACIONAL
Las nuevas masculinidades de Aquiles
Madrid
Teatro Real
Corselli: ACHILLE IN SCIRO
Nueva producción
Gabriel Díaz, Francesca Aspromonte, Sabina Puértolas, Tim Mead, Mirco Palazzi, Krystian Adam, Juan Sancho. Orquesta Barroca de Sevilla. Monteverdi Continuo Ensemble. Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo). Dirección musical: Ivor Bolton. Dirección de escena: Mariame Clément. 17 de febrero de 2023.
Con el estreno moderno de Aquiles en Esciros, la temporada del Teatro Real ha alcanzado su culminación. Supone el rescate español de una obra extraordinaria de un gran compositor hispano-italiano: los dos, obras y autor, perfectamente olvidados, algo característico de la desidia y el poco aprecio de lo propio por parte de los responsables de la vida cultural oficial de nuestro país. La función había quedado suspendida en tiempos de la pandemia, y después de tres años ha podido llevarse a escena con todos los honores.
Francesco Corselli, músico de la Corte madrileña del siglo XVIII, podía haberse limitado a cumplir un encargo más, una nueva ópera seria con mensaje moral y político, para festejar la boda de una infanta. El libreto de Metastasio, sin embargo, relata la conocida historia de cómo Aquiles, refugiado en Esciros y vestido de mujer para huir de su destino trágico, recupera su vocación, su naturaleza guerrera masculina y el camino a la gloria gracias a una argucia de Ulises.
La obra está escrita para voces femeninas, salvo el papel de Licomede, cantado en esta ocasión por el bajo Mirco Palazzo, de voz ligera y correcta, sin demasiada autoridad. Claro que las modas y el mercado imponen sus reglas y los papeles de Aquiles y Ulises recayeron en dos contratenores. A falta de Franco Fagioli, que canceló a última hora, fue el joven Gabriel Díaz quien dio vida al héroe de la Ilíada, con una técnica excelente y un registro amplísimo; dada la dificultad del papel, es difícil ponerle peros más allá de cierto descontrol en la afinación en momentos puntuales y, algo más importante, el carácter muy evidentemente masculino de la voz. Tim Mead cumplió con solvencia y sin mucho carácter como Ulises, mientras que en el papel de Deidamia, la amante del protagonista, brilló Francesca Aspromonte, especialista del Barroco, pero con un intensidad expresiva y unas cualidades que le abren la puerta a otros repertorios. Fue una de las triunfadoras de la noche junto con Sabina Puértolas en el papel en travesti de Teagene, también de extrema exigencia vocal y que la soprano resolvió con extraordinaria facilidad y una gran expresividad comunicativa. Muy bien el Nearco de Juan Sancho y excelente, por expresividad vocal y teatral, el Arcade de Krystian Adam.
La puesta en escena de Mariame Clément se desarrolla en un único decorado de gran impacto visual y subraya y respeta el carácter cortesano y político de la obra, sin rehuir el hermoso coro final y la aparición de una figuración de la familia real. Tampoco soslaya la tentación de colocar el travestismo como motivo central, de tal modo que la obra se precipita y se desvirtúa, en el tono de farsa, subrayado por el carácter de la voz de Díaz. Como efecto secundario, se refuerzan los roles de género tradicionales que el montaje parece querer criticar.
Fue la Orquesta Barroca de Sevilla la encargada de defender la variedad, la sutileza, las medias tintas, los sobreentendidos, el color y la atmósfera un poco premozartianos de la ópera de Corselli. Lo hizo con brillantez, tanto en los conjuntos como en las muy comprometidas partes solistas: fabulosos el violín, la trompeta, las flautas y las violas, así como los miembros del Monteverdi Continuo Ensemble, todos a las órdenes de un muy vivaz y teatral Ivor Bolton. Excelente el Coro Titular del Real con un cometido de calidad y teatralidad poco habitual en este repertorio. Gran éxito de un público entregado. * José María MARCO, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL
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