'La tabernera', una perla del género en la Quincena

San Sebastián

08 / 08 / 2022 - Nora FRANCO MADARIAGA - Tiempo de lectura: 2 min

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Tabernera Quincena Un momento de 'La tabernera del puerto' en la Quincena © Quincena Musical
Tabernera Quincena Un momento de 'La tabernera del puerto' en la Quincena © Quincena Musical
Tabernera Quincena Un momento de 'La tabernera del puerto' en la Quincena © Quincena Musical
Tabernera Quincena Un momento de 'La tabernera del puerto' en la Quincena © Quincena Musical

Quincena Musical

Sorozábal LA TABERNERA DEL PUERTO

En versión de concierto

Miren Urbieta-Vega, Andeka Gorrotxategi, Damián del Castillo, Rubén Amoretti, Ruth González, Marifé Nogales, José Manuel Díaz, Alberto Núñez. Dirección: Unai Urrecho. Kursaal, 7 de agosto de 2022.

La zarzuela, con toda su carga costumbrista y popular, suele proporcionar un reflejo incómodo, como el de los espejos de aumento, en el que quien mira solo se fija en la espinilla en la frente. Por eso a veces es necesario que alguien con distancia pueda despojarla de prejuicios y sepa apreciar, por ejemplo, esta magistral partitura de Sorozábal. La tabernera del puerto es una obra que reúne pinceladas de bel canto, verismo, naturalismo, impresionismo, exotismo y folklore sobre una paleta armónica de una riqueza abrumadora y una cohesión temática firme. Y así lo dejó claro en la Quincena Musical el director guipuzcoano afincado en Corea Unai Urrecho, en una versión minuciosamente preparada y de gran inteligencia musical que supo sacar lo mejor de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, apartándola del papel de mero acompañante para conducir a sus integrantes con elegancia y sutileza pero también potencia y brío –siempre respetando la labor de los cantantes– y otorgar a la música de Sorozábal toda su calidad y complejidad expresiva. La orquesta, a su vez, supo responder al concepto musical del maestro en una interpretación intachable –e inolvidable– de tal colorido que no se echaron de menos escenografía ni puesta en escena.

"Miren Urbieta-Vega presentó una Marola seria y reflexiva; sorprendió la carnosidad y corporeidad de la voz de la intérprete donostiarra. Andeka Gorrotxategi encandiló al público con esa voz enorme de gran proyección y agudo poderoso que le caracteriza"

El elenco, muy adecuado y equilibrado, se mostró a la altura de esta categoría musical, poniendo su empeño no solo en el canto, sino también en los diálogos. Miren Urbieta-Vega presentó una Marola seria y reflexiva a través de un canto evocador y melancólico; acostumbrados a sopranos ligerísimas y pajariles que trinan más que cantan la romanza “En un país de fábula”, sorprendió la carnosidad y corporeidad de la voz de la intérprete donostiarra, que resolvió con canto volátil y delicado los pasajes más comprometidos tanto de esta pieza como de su dúo con Leandro “Marinero, vete a la mar”, resultando reconfortante su lirismo en el resto de la obra. Andeka Gorrotxategi encandiló al público con esa voz enorme de gran proyección y agudo poderoso que le caracteriza; el tenor cantó las conocidísimas romanzas de Leandro con arrebatada pasión y, aunque su “No puede ser” fue uno de los números más aplaudidos, sonó demasiado vehemente y le faltó finura en el fraseo tanto en algunos finales como en los pasajes más sentidos. Damián del Castillo interpretó el comprometido papel de Juan de Eguía con voz franca de cautivante color oscuro que se mostró seductoramente expresiva en sus difíciles intervenciones, provocando la ovación tras la “Canción del chíbiri”.

Rubén Amoretti sobresalió en su interpretación, en la que destacó el tango antillano “Despierta, negro”, cantado con voz profunda y cavernosa pero bien timbrada y muy elocuente. Ruth González, con una voz y un aspecto idóneos para interpretar al adolescente Abel, jugó sus cartas con inteligencia apoyándose en el parlato y el centro vocal, sabedora de que su registro agudo suena más femenino.

La pareja cómica de característicos Marifé Nogales y José Manuel Díaz, sobrados de salero, simpatía y complicidad, divirtieron equilibrando frescura y gran calidad vocal. Bien Alberto Núñez en su discreto papel, más actoral que canoro. El Coro Landarbaso cantó ajustado y bien empastado redondeando una zarzuela que despoja al género de cualquier complejo y lo reviste de una entidad que ya le gustaría para sí a muchas óperas.  * Nora FRANCO MADARIAGA, corresponsal en Bilbao de ÓPERA ACTUAL