CRÍTICAS
NACIONAL
La sutil sonrisa del barroco
Barcelona
Gran Teatre del Liceu
Händel: PARTENOPE
Versión semiescenificada
Ana Vieira Leite, Hugh Cutting, Alberto Miguélez Rouco, Jacob Jawrence, Helen Charlstron, Matthieu Walendzik. Les Arts Florissants. Dirección musical: William Christie. Dirección de escena: Sophie Daneman. 29 de enero de 2022.
El Händel solemne y grandioso de la ópera seria puede también permitirse alguna que otra sonrisa con obras quizá de menos empeño pero sin renunciar a la gran forma y Partenope, con sus arias menor duración, sus da capo menos insistentes y la mayor incidencia de números plurales, podría ser un ejemplo de ello. William Christie y sus Arts Florissants han bordado en el Liceu, en el curso de su actual gira, una versión semiescenificada de la obra en su estreno en el escenario de La Rambla y en la ciudad, una propuesta firmada por Sophie Danaem que permitía visualizar unos pocos elementos escénicos –dados enormes, tablero de ajedrez, copas de vino espumoso– en una disposición del escenario que permitía a los personajes deambular a su antojo, con vestuario ad hoc, por el espacio disponible para dar soltura a una acción que, por lo demás, el sobretitulado permitía seguir confortablemente.
Insistir en la transparencia instrumental que este conjunto y este director pueden obtener en la ópera barroca sería una obviedad y los resultados en esta ocasión no hicieron sino confirmarla. La claridad del gesto de Christie y el virtuosismo de los músicos a sus órdenes sirvieron de plataforma ideal para que el manípulo de cantantes seleccionados del Jardin des Voix diera lo mejor de ellos mismos en esta propuesta que contaba con unos 50 minutos de recitativos amputados.
Descolló entre los jóvenes valores la Partenope de Ana Vieira Leite, adorable en una versión de “Qual farfalletta giro a quel lume” que le hizo acreedora a una gran ovación, y no fueron menores las prestaciones de Hugh Cutting –un milagro su capacidad de matiz en “Furibondo spira il vento”– ni las buenas intervenciones de Alberto Miguélez Rouco, un Armindo de técnica exquisita. Jakob Lawrence dotó a Emilio con una rotunda versión de “Barbaro fato, si” y Matthieu Walendzik fue un sonoro Ormonte. Helen Charlston (Rosmina / Eurimene) no acabó de resolver sus intentos de inventarse un timbre andrógino que terminó siendo solamente epiceno, pero la suya fue la dicción más nítida de todo el reparto. * Marcelo CERVELLÓ, corresponsal en Barcelona de ÓPERA ACTUAL
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