CRÍTICAS
NACIONAL
La intensidad sangrienta de Lucrezia Borgia
Oviedo
Ópera de Oviedo
Donizetti: LUCREZIA BORGIA
Yolanda Auyanet, Celso Albelo, Silvia Tro Santafé, Roberto Tagliavini, Manuel de Diego, George von Bergen, Abraham García, Gaspar Braña, Robert Mellon, Mario Méndez, Miguel Ángel Zapater. Dirección musical: Yves Abel. Dirección de escena: Silvia Paoli. Teatro Campoamor, 7 de diciembre de 2021.
El cuarto título de la temporada del Teatro Campoamor se metió de lleno en el universo del belcanto romántico italiano a través de Gaetano Donizetti y su siempre comprometida y fascinante ópera Lucrezia Borgia. Título, por otra parte, muy goloso para el exceso de cara a la dirección escénica. No defraudó, en este sentido, la directora italiana Silvia Paoli que cogiendo por los pelos el asunto del patriarcado construyó sobre esa idea el discurso narrativo para ofrecer una puesta en escena –coproducida por la Ópera de Oviedo, la de Tenerife, el Comunale de Bolonia y el Maestranza de Sevilla– descarnada, sangrienta y de alta intensidad que, no obstante, más que aportar cosas nuevas retrotraía a décadas pasadas por el empleo de recursos ya desgastados por el uso –traslado de la acción a la Italia fascista, pederastia, traumas esbozados con oníricas imágenes, prostitución, etcétera– con el fin de provocar al público. Su lectura se quedó a medias, entre tanta saña exagerada, en un matadero como escenario único en el fluían los traumas y las maldades de la Borgia con efectos de película de terror de serie B. Al final, el público recibió su propuesta entre pateos y ovaciones.
Afortunadamente el apartado musical tomó el mando de la velada y consiguió un éxito importante, por la excelencia de la versión musical y un reparto verdaderamente en plenitud encabezado por Yolanda Auyanet que cantó una Lucrezia Borgia en estado de gracia. Exhibió la soprano canaria una vocalidad exquisita, de honda expresividad dramática, en una interpretación en la que todo funcionó de principio a fin. También cómodo transitó Celso Albelo como Gennaro, con su habitual seguridad en la emisión, siempre en primer plano en un rol tan exigente como desagradecido que él supo llevar a lo más alto. Roberto Tagliavini fue otro de los grandes triunfadores del estreno, con un mordiente dramático excepcional; convirtió a su Don Alfonso, por derecho propio, en uno de los más ovacionados por el público. Magnífico, asimismo, el Maffio Orsini de Silvia Tro Santafé, de emisión rotunda, bien timbrada y muy expresiva actoralmente.
El resto del elenco también sumó, en un trabajo de equipo, sólido, que hizo que la función ganase en calidad global. Robert Mellon y Mario Méndez, merecen destacarse especialmente, como Gubetta y Rustighello, respectivamente. Tanto Manuel de Diego, como George von Bergen, Abraham García, Gaspar Braña y Miguel Ángel Zapater, cumplieron de forma holgada con sus respectivos cometidos. Buena prestación la del coro masculino Intermezzo y soberbio el resultado de Oviedo Filarmonía. Al frente de todos, desde el podio, Yves Abel no se quedó en una mera labor de acompañamiento, sino que buscó extraer toda la fuerza melódica de la partitura, en un repertorio tantas veces maltratado y que precisa, sin duda, de lecturas como las del maestro canadiense que le dan la envergadura que merece. * Cosme MARINA, crítico en Oviedo de ÓPERA ACTUAL
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