CRÍTICAS
NACIONAL
Un viaje temporal con Donizetti
Málaga
Teatro Cervantes
Donizetti: LA FAVORITA
Nueva producción
Nancy Fabiola Herrera, Ismael Jordi, Carlos Álvarez, Pavel Shmulevich, Luis Pacetti, Lucía Millán. Dirección: Antonello Allemandi. Dirección de escena: Curro Carreres. 4 de marzo de 2020.
Con división de opiniones el público del Teatro Cervantes de Málaga acogió la puesta en escena de Curro Carreres de La favorita, de Gaetano Donizetti. Se trataba de una propuesta atrevida, llena de intención, que jugaba con la temporalidad llevando el desarrollo histórico hasta la actualidad incidiendo en el anuncio del desarrollo verdiano y verista posteriores. El exceso de elementos y recursos, en algunos momentos, no favoreció la idea subyacente del amor y el poder que viven los protagonistas.
Este penúltimo título de la temporada que celebra el 150º aniversario del coliseo malagueño, contó con la batuta de Antonello Allemandi que dirigió los atriles de la Filarmónica de Málaga con agilidad y oficio dada la fragilidad que poco a poco fue desvelando el desarrollo de la producción, lo cual no le restó momentos para el detalle como la obertura o el ballet que abrió el tercer acto, ideado para la ocasión por Ana Rando que en el ámbito del sopor pretendía incidir en la idea motor de la página del bergamasco.
Salvador Vázquez, director del Coro de Ópera de Málaga, mostraría especial cuidado en los concertantes finales del segundo y tercer actos donde la solidez y empaste del conjunto se apetecían más rotundos. No obstante, el gran yacimiento de la formación coral tiene en las cuerdas femeninas su punta de lanza.
Donizetti otorga el protagonismo de la ópera a las voces de la mezzosoprano y el tenor, que se completa con el personaje del rey Alfonso XI a cargo de un barítono. Nancy Fabiola Herrera, ligeramente mermada por una afección vocal, defendió con redaños hasta el final el papel de Leonora con desigual resultado tanto en agilidades como en las notas más agudas, aunque dando muestras de su impecable profesionalidad. Ismael Jordi fue escalando en altura y convicción desde un primer acto muy cómodo hasta el aria «Spirto gentil» del cuarto, uno de los grandes momentos de esta partitura. Hasta la aparición en escena de Carlos Álvarez el desarrollo dramático se sucedió con discreción, marcando el punto de inflexión de la ópera. El reconocido barítono llenó la escena de genio, como siempre ha hecho. Su trabajo como actor refuerza y da credibilidad a los roles que defiende que, unido a la solidez del instrumento que maneja, brindaron instantes sublimes, como el recitativo, aria y cabaletta «Giardini del Alcazar».
Caudalosa fue la prestación vocal de Pavel Shmulevich, como Baldassare,decididamente rotundo en el acto segundo sin olvidar al no menos excepcional tenor Luis Pacetti. El también malagueño encarnó el papel de Don Gasparo luciendo en todo momento altura canora y actoral. Finalmente, la cordobesa Lucía Millán defendió con soltura el papel de dama de Leonora.
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