CRÍTICAS
NACIONAL
La divina sencillez de Penella
Madrid
Teatro de La Zarzuela
Penella: DON GIL DE ALCALÁ
Celso Albelo, Sabina Puértolas, Carlos Cosías, Carol García, Manuel Esteve, Pablo López, Simón Orfila, María José Suárez, David Sánchez, Ricardo Muñiz, Miguel Sola. Coro Titular del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección musical: Lucas Macías. Dirección de escena: Emilio Sagi. 5 de mayo de 2022.
Qué difícil es que todo parezca fácil. Don Gil de Alcalá se subió al escenario del Teatro de La Zarzuela tan amablemente en todos sus aspectos que se corría el riesgo de confundir lo sencillo con lo fácil. Para empezar, por la estilizada producción, que proviene del Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo de 2017 y que sirvió en su día para que Emilio Sagi propusiera bellezas sin desmanes presupuestarios. Pero el resultado es independiente de la situación, y el montaje creció elegante, tiznado de nostalgia y con una adoración desbordante hacia la música a la que acompaña. Los personajes se mueven rodeados de dorado pero con barro en las botas, víctimas de un sueño y manchados por la realidad. Son pocos los elementos, pero utilizados con lucidez, como el descenso de las lámparas a ras de suelo en la habanera que trae tanta penumbra como intimidad.
La sensación de comodidad permite también que los juegos y los homenajes fluyan de forma orgánica y con sentido del humor, como en los guiños al Don Carlo verdiano (especialmente brillante la escena de la confesión del Gobernador con el Padre magistral, en lugar de Felipe II y el gran Inquisidor). En un único escenario, enmarcado por pilastras sin pared que sustentar, los personajes avanzan con ánimo de opereta y se granjean simpatías aprovechando la debilidad de cualquier público por el pícaro humilde, ese perfil tan cercano a la comedia dell’arte y que ha funcionado magníficamente desde El lazarillo de Tormes hasta nuestros días.
Es difícil encontrar un reparto de zarzuela (u “ópera cómica española”, como decía Penella) mejor pensado que este: Sabina Puértolas se acerca a Niña Estrella con dignidad, valentía y sobrada de recursos; su voz de soprano lírico ligera le permite abordar las dificultades vocales de un papel que rezuma madurez desde su inocencia juvenil, todo ello sin abusar de entrega. Celso Albelo le da la réplica como Don Gil de Alcalá con una voz plena, perfectamente colocada, con facilidad en el cambio de registro y cubriendo los sobreagudos limpiamente. A su alrededor se movió un reparto sin fisuras, en el que destacó por la belleza de su color el Don Diego de Manel Esteve, y también la entrega de los personajes de orientación más cómica, como Carlos Cosías y Simón Orfila.
Uno de los aspectos sorprendentes de la obra de Penella reside en su propuesta instrumental, que toma únicamente una orquesta de cuerdas como base más el añadido del arpa. El menor número de combinaciones tímbricas para caracterizar a los personajes hace que la partitura descanse en un melodismo desaforado, en ocasiones difícil de gestionar. No fue el caso. La dirección de Lucas Macías, que debutaba en el foso del Teatro de La Zarzuela, extrajo con una enorme naturalidad un lirismo sólido y lejos de ostentaciones, capaz de acompañar sin forzar el paso. En definitiva, y como decía el poeta, este Don Gil es “una felicidad libre de euforia”. Qué difícil ser tan sencillo. * Mario MUÑOZ, corresponsal en Madrid de ÓPERA ACTUAL
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