CRÍTICAS
NACIONAL
La Borgia en época fascista
Santa Cruz de Tenerife
Ópera de Tenerife
Donizetti: LUCREZIA BORGIA
Yolanda Auyanet, Simone Alberghini, Antonino Siragusa, Na’ama Goldman, Jorge Franco, Pablo Gálvez, Daniele Terenzi, David Astorga, Borja Molina, Mario Méndez, Eugenio Di Lieto. Dirección: Andriy Yurkevych. Dirección de escena: Silvia Paoli. Auditorio de Tenerife, 26 de noviembre de 2020.
Ópera de Tenerife estrenó en su temporada 2020/2021 Lucrezia Borgia, un título que la crisis sanitaria impidió celebrar en marzo pasado. Se trata de una coproducción entre el Auditorio de Tenerife, Teatro Comunale di Bologna, Ópera de Oviedo y Teatro de La Maestranza de Sevilla. La ópera Donizetti sobre un libreto de Felice Romani se inspira en el drama homónimo de Victor Hugo. Silvia Paoli, como directora de escena, hace una interpretación psicológica de la obra y traslada la trama a la década de los años 1930, donde el auge del fascismo en Italia marcará los modelos del comportamiento femenino regidos por los vicios ocultos y las virtudes públicas de una sociedad androcéntrica, ingredientes parecidos a la que Lucrezia vive como víctima del poder, del patriarcado, de la voluntad de unos hombres más viriles cuanto más violentos. Ella misma acabará siendo descrita, también por hombres, como infame, ponzoñosa y cruel. Pero la Borgia no es un monstruo, sino el producto de la violencia con la que convivió y sufrió toda su vida.
El escenario en el que todos los acontecimientos se presentan en la puesta en escena es un matadero, sucio y descarnado que simboliza el destino final de la protagonista, la afectividad enfermiza de los protagonistas y el hecho de que todo lo que ocurre en la trama genera infelicidad y muerte. El resultado es de extrema crudeza e impacta ante un público que está acostumbrado a que se le escondan ciertas realidades entre seda y terciopelo, reforzando así la sensación de opresión y sobre todo de depravación.
Musicalmente la soprano grancanaria Yolanda Auyanet, como Lucrezia Borgia, mostró una calidad vocal difícilmente mejorable, siendo capaz de emitir una gran gama de matices con agilidad y plena de frescura. Dejó clara su calidad como actriz convenciendo al público de su historia ante la desnudez del espacio plateado por la escenografía.
El tenor nacido en Messina Antonino Siragusa encarnó a Gennaro, supuesto amante de Lucrezia pero en realidad su hijo secreto, y defendió perfectamente su papel: su voz, que no se caracteriza por tener muchos armónicos, sí cuenta con la agilidad necesaria y con un amplio rango vocal. Na’ama Goldman exhibió una amplia y segura tesitura de mezzosoprano y estuvo perfecta en su rol de Maffio Orsinio, mientras el bajo Simone Alberghini, con voz suficientemente pesada pero de timbre claro, resultó adecuado como Don Alfonso D’Este, esposo de Lucrecia.
Los comprimarios –Jorge Franco, Pablo Gálvez, Daniel Astorga, Borja Molina, Mario Méndez y Eugenio Di Lieto– demostraron ser fundamentales para el convincente desarrollo de la trama, así como el coro de la Ópera de Tenerife dirigido por Carmen Cruz y la Orquesta Sinfónica de Tenerife, todos bajo la batuta Andriy Yurkevych, completaron con calidad una gran noche de ópera.
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