CRÍTICAS
NACIONAL
La 'Bohème' de Emilio Sagi, valor seguro
Oviedo
Ópera de Oviedo
Puccini: LA BOHÈME
Alessandro Scotto di Luzio, David Menéndez, Vicente Esteve Corbacho, Simona Mihai, Javier Franco, David Lagares, Elena Sancho Pereg. Dirección de escena: Emilio Sagi. Dirección musical: Corrado Rovaris. Teatro Campoamor, 12 de noviembre de 2021.
En esta temporada en la que la Ópera de Oviedo está tratando de restaurar las heridas causadas por las consecuencias de la pandemia de la Covid-19, acudir a un título como La Bohème de Giacomo Puccini en una producción de la casa que Emilio Sagi ideó hace ya un par de décadas es una apuesta segura y , sin duda, ayuda a generar confianza entre un público que, de manera paulatina, va llenando el Teatro Campoamor.
La puesta en escena del director de escena asturiano se ha convertido en uno de sus clásicos, con la traslación de la acción al París de los años sesenta del siglo XX y contando la ópera con una eficacísima narrativa que sirve para que el público aprecie la persistencia de la historia, de forma independiente a la época histórica en la que se ambiente. De nuevo la producción cosechó una aceptación más que relevante y a ello contribuyó, de manera decidida, el excepcional trabajo que desde el podio realizó el maestro Corrado Rovaris, muy vinculado a la Ópera de Oviedo y que acrisoló un trabajo de equipo formidable, imprimiendo potencia dramática. Logró compensar un cierto desequilibrio inicial hasta conseguir dos últimos actos de mayor enjundia que convirtieron la noche en éxito popular. Le respondieron de forma impecable tanto la Sinfónica del Principado de Asturias como los Coros Intermezzo y el infantil de Divertimento.
La pareja protagonista no cuajó, sin embargo, una intervención del todo equilibrada. Su aportación, en ambos casos, fue de menos a más. Un tanto fría y destemplada en la escena conjunta del primer acto –demasiado hierático, no tuvo el encuentro entre ambos personajes la emoción romántica que Puccini tan bien supo contar– y luego ya, en los dos últimos, con prestaciones acertadas y de mayor peso vocal. En este sentido, Simona Mihai fue una Mimì especialmente afortunada en la segunda parte de la obra y también el Rodolfo de Alessandro Scotto di Luzio ganó según avanzó la representación, mostrando, eso sí, algún que otro problema en el registro agudo, más evidenciado en el primer acto. Buen rendimiento el de Elena Sancho Pereg como una Musetta desenvuelta desde el punto de vista dramatúrgico y muy ligera en lo vocal. Y el resto del elenco, con claro protagonismo español, solventes y perfectamente adecuados a sus respectivos roles. David Menéndez cantó un Schaunard magnífico, Javier Franco un Marcello de más que rotunda presencia escénica y vocal, David Lagares un Colline de fuerte vigor expresivo y Vicente Esteve Corbacho cumplió con oficio y experiencia como Benoît y Alcindoro. * Cosme MARINA, crítico en Oviedo de ÓPERA ACTUAL
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