La amargura del amor de Isolde

Aix-en-Provence

30 / 07 / 2021 - Albert GARRIGA - Tiempo de lectura: 3 min

Print Friendly, PDF & Email
tristan und isolde aix / operaactual.com Stuart Skelton y Nina Stemme como Tristan e Isolde © Festival Aix-en-Provence
tristan und isolde aix / operaactual.com Stuart Skelton y Nina Stemme como Tristan e Isolde © Festival Aix-en-Provence

Festival Aix-en-Provence

Wagner: TRISTAN UND ISOLDE

Nueva producción

Stuart Skelton, Nina Stemme, Jamie Barton, Josef Wagmer, Franz-Josef Selig, Dominic Sedgwick, Linard Vrielink, Ivan Thirion. Dirección musical: Simon Rattle. Dirección de escena: Simon Stone. 15 de julio de 2021.

Pierre Audi se ha propuesto para esta edición del Festival d’Aix-en-Provence dejar para el olvido la cancelación de la anterior y prueba de ello es este Tristan und Isolde que ya sobre el papel presagiaba la mejor de las alegrías wagnerianas. Simon Rattle ante su orquesta –la London Symphony– fue un auténtico lujo, con una lectura de frases alargadas, sonido cuidadísimo, evitando las tensiones habituales en algunas versiones modernas, pero no por ella exenta de dramatismo.

Simon Stone volvió a poner su ojo cinematográfico para su segunda producción en el festival, esta vez, sin embargo, a su pleno antojo y servicio. El regista australiano considera a Isolde una pequeña burguesa que vive atrapada en un segundo matrimonio, infeliz, con Tristan, quien a su vez le es infiel con una jovencita. Fruto del primer matrimonio nacerá Melot, aunque eso no se entenderá hasta el segundo acto. Brangäne es la amiga progre de Isolde que, además, también actúa como su camella que le proporciona todo tipo de drogas para sobrellevar la infelicidad en la que vive. Su adicción la lleva a fantasear con un mundo paralelo que la conduce al imaginario de la princesa celta. El primer acto transcurre en un loft, el piso del matrimonio, donde celebran la Navidad. En el segundo acto, la acción se desarrolla en el despacho de Isolde que ha visto nacer el amor adúltero de los protagonistas en distintos momentos de su vida, cuando rompe con su primer marido, Marke, y se disputan la custodia de su hijo, Melot. Este, ya de adulto, no tolera a su padrastro Tristan y le acuchilla con un cutter. El tercer acto transcurre en el metro de París, en la línea de Hôtel de Ville al Châtelet.

Los protagonistas van vestidos para ir a la ópera; Isolde se muestra molesta por la atención que Tristan presta a su móvil, y en el mundo paralelo ella desaparece del metro donde queda Tristan con su amigo Kurwenal, en una muerte – ¿la de su capacidad de amar a Isolde?– ensangrentada. En el Liebestod la protagonista se empodera, deja a su marido y se va acompañada de su hijo. Teatralmente se trata de una lectura muy potente y amarga por la proximidad de lo que acontece en el escenario con la realidad del espectador, pero a expensas de mantenerle distraído y confuso.

"Teatralmente una lectura muy potente y amarga por la proximidad de lo que acontece en el escenario con el espectador, pero a expensas de mantenerle distraído y confuso"

Nina Stemme, a sus 58 años, se encuentra en un estado vocal envidiable. Isolde es, en Stemme, incisiva en el primer acto, enormemente dulce en el segundo, y en el Liebestod llega a ser trascendente. Su instrumento, eminentemente dramático y homogéneo desde las notas más graves hasta los estallidos del registro agudo, y su musicalidad la hacen la protagonista del momento. A su lado, Stuart Skelton se presentó como un auténtico Heldentenor y lo dio todo en un tercer acto conmovedor. Brangäne recayó en la magnífica voz de Jamie Barton, quizás no siempre del todo sutil. Por su parte, Josef Wagner fue un Kurwenal muy liederístico, el siempre elegante y contundente Franz-Josef Selig estuvo al servicio de Marke y Dominic Sedgwick anduvo sobrado como Melot. Por cierto, resultó incomprensible por qué el coro debió cantar escondido y amplificado.  * Albert GARRIGA, corresponsal internacional de ÓPERA ACTUAL