Figaro y Susanna en el universo koskyano

Viena

15 / 03 / 2023 - Lluc SOLÉS - Tiempo de lectura: 3 min

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nozze wiener Una escena de la nueva producción de 'Le nozze di Figaro' de Barrie Kosky © Wiener Staatsoper / Michael PÖHN
nozze wiener Una escena de la nueva producción de 'Le nozze di Figaro' de Barrie Kosky © Wiener Staatsoper / Michael PÖHN
nozze wiener Una escena de la nueva producción de 'Le nozze di Figaro' de Barrie Kosky © Wiener Staatsoper / Michael PÖHN

Wiener Staatsoper

Mozart: LE NOZZE DI FIGARO

Nueva producción

Andrè Schuen, Hanna-Elisabeth Müller, Ying Fang, Maria Nazarova, Peter Kellner, Patricia Nolz. Dirección de escena: Barrie Kosky. Dirección musical: Philippe Jordan. Orquesta y coro de la Wiener Staatsoper. 13 de marzo de 2023.

Barrie Kosky continúa su viaje vienés por la trilogía Mozart-Da Ponte que inició en junio de 2022 con una nueva producción de Don Giovanni y cuya segunda entrega han sido estas Nozze di Figaro, una de las premières más esperadas de esta temporada en la Wiener Staatsoper. Bastante menos oscura que la anterior, parece encajar mejor en el universo koskyano y, como en junio, el director australiano tampoco sorprendió a nadie dejando el público en manos de Philippe Jordan y de la experiencia mozartiana de la orquesta de los Wiener Philharmoniker.

Kosky se enfrenta a la boda de Fígaro y Susanna desde la feliz afirmación del elemento buffo que caracteriza casi todas sus producciones. Apuntalándolo todo, domina en escena la mezcla acostumbrada entre esquematismo y manierismo plástico. Kosky no tiene miedo al realismo, pero tampoco a los brillantes y a los pasteles. Solo hay que recordar sus Meistersinger bayreuthianos o su Rosenkavalier muniqués. En Viena, igual que en esas ocasiones, los decorados barrocos y el exquisito vestuario chocan con una economía de recursos visuales que señala una dirección inteligente y que requiere, a su vez, interpretaciones de expertos.

"Tanto Figaro (Peter Kellner) como el Conte Almaviva (Andrè Schuen) convencieron en sus intervenciones solistas"

Kosky es un regista excelente y lo demuestra también en estas Nozze. Su lectura, que obvia la dimensión de crítica social de la ópera, tradicionalmente celebrada, se concentra en rescatar una comicidad desgastada por el paso del tiempo. La actualización del género buffo funciona, pero la indolencia que conlleva –especialmente en el cuarto acto, la parte más abstracta de la producción– no se deja excusar fácilmente: la exclusión de la última aria de Figaro, “Aprite un po’ quegl’occhi”, uno de los números más descaradamente sexistas del repertorio, se hizo verdaderamente incómoda.

El director de escena ya había experimentado en su Don Giovanni estival con el arriesgado gesto de dejar los intérpretes a la merced de sus voces. El reparto joven, pero no menos estelar, que puede permitirse la Ópera Estatal de Viena, asumió el reto con valentía. Tanto Figaro (Peter Kellner) como el Conte Almaviva (Andrè Schuen) convencieron en sus intervenciones solistas; especialmente brillante estuvo en este campo Hanna-Elisabeth Müller, una Contesa Almaviva de voz aterciopelada que deslumbró la sala con el aria “Porgi amor” que abre el segundo acto. Patricia Nolz cantó “Non so più” con brío y “Voi che sapete” con calma, lo que coincide con los carácteres relativos de ambos hits de Cherubino, pero por eso mismo los hizo menos interesantes.

La interpretación dramática de todos no decepcionó, pero la única que estuvo a la altura de la dirección de Kosky fue Ying Fang a cargo de Susanna, quizás porque solo tuvo que concentrarse en esa parte de su trabajo ya que una enfermedad de última hora le impidió cantar y fue Maria Nazarova quien cumplió con nota la sustitución desde el foso.

Como suele suceder en Viena, la música cogió las riendas del espectáculo. Philippe Jordan acompañó al clave con carácter, pero delicadamente, y dirigió una versión vibrante y transparente, realzando la posición central que ocupa esta ópera en el catálogo de Mozart.  * Lluc SOLÉS, crítico de ÓPERA ACTUAL