Konstantin Krimmel. El poder de la fragilidad

Barcelona

04 / 02 / 2023 - Antoni COLOMER - Tiempo de lectura: 3 min

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Krimmel/operaactual Konstantin Krimmel y Ammiel Buskakevitz © Silvia PUJALTE

Palau de la Música Catalana

Recital de KONSTANTIN KRIMMEL

Ciclo Petit Palau Cambra / Schubertíada Barcelona

Obras de Robert Schumann y Hugo Wolf. Konstantin Krimmel, barítono. Ammiel Bushakevitz, piano. 2 de febrero de 2022.

De entre las voces masculinas emergentes en el panorama liederístico internacional, no cabe duda que la del barítono Konstantin Krimmel es una de las más prometedoras y personales. Prometedor porque, pese a ser ya una figura consolidada en una compañía como la de la Bayerische Staatsoper y solicitada por los más prestigiosos festivales de Lied, en cada uno de sus recitales se percibe un proceso de maduración interpretativo y vocal evidente. Desde sus primeros recitales en España, primero en L’Auditori de Barcelona y posteriormente en la Schubertíada de Vilabertran (Girona), el cantante ha ganado en aplomo y convicción en su concepción interpretativa, mientras que el instrumento, de contornos eminentemente líricos pero notable extensión, se ha desarrollado incrementando armónicos y colores. Y la mejor noticia es que, pese a ser ya un consumado liederista, la sensación es que el joven cantante está en plena evolución y aún no he llegado a un techo que se percibe muy alto. Unas grandes perspectivas que están intrínsecamente relacionadas con el segundo concepto empleado al inicio de esta reseña: personalidad.

Si algo distingue a Krimmel respecto a otros colegas, más allá de sus dotes canoras, es su personal modo de expresarse tanto en lo musical como en la puesta en escena. A diferencia de otros intérpretes que necesitan y buscan la conexión con el público a través de la mirada o la gestualidad, Krimmel, sumamente introvertido, parece sumergirse en un mundo propio invitando al oyente a acercarse y participar del mismo. Una sensación de sincera vulnerabilidad, de fragilidad incluso en lo vocal se mezcla con un torbellino emocional sumamente interiorizado que cristaliza en una expresividad única e intransferible.

"Si algo distingue a Konstantin Krimmel respecto a otros colegas, más allá de sus dotes canoras, es su personal modo de expresarse tanto en lo musical como en la puesta en escena"

Muestra de ello fue su debut en el auditorio modernista en dos días consecutivos, primero en un concierto junto al Mandelring Quartett el miércoles 1 de febrero en el que interpretó Lieder de Liszt y del compositor catalán Ferran Cruixent (Barcelona, 1976) –artista residente del Palau en este curso– y, al día siguiente, en este recital, exponiendo su sensitiva y sutil versión de «Die Nacht», de los Eichendorff Lieder de Hugo Wolf y los tres Harfenspieler del mismo autor basados en los poemas de Goethe, sin duda lo mejor de la velada. En ellos, más allá de la clarísima dicción, el contenido sentido dramático y el impecable fraseo, Krimmel ofreció una lección de reguladores y dinámicas de auténtica filigrana que también se percibió en «Anakreons Grab», canción que cerró el bloque dedicado a Wolf y la primera parte del recital

Los Cinco Lieder, opus 40, de Robert Schumann abrieron este recital que concluyó con el famoso Liederkreis, Op. 39, del mismo autor. Una vez más, el cantante exhibió una exquisita línea de canto en las canciones más intimistas como «Mondnacht», pero en general al ciclo le faltó variedad de colores y arrebato en el fraseo, especialmente en piezas como «Waldesgespräch» o «Schöne Fremde». El resultado fue de una cierta monotonía expresiva a la que no fue ajeno el pianista Ammiel Bushakevitz quien, si bien exhibió en todo momento elegancia, bello color y compenetración con Krimmel, en el ciclo schummaniano debió aportar más empuje y personalidad. *Antoni COLOMER, crítico de ÓPERA ACTUAL