CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Kathryn Lewek, ‘Lakmé’ con virtuosismo y corazón
Niza
Opéra de Nice
Delibes: LAKMÉ
Kathryn Lewek, Thomas Bettinger, Majdouline Zerari, Jean-Luc Ballestra, Guillaume Andrieux, Lauranne Oliva, Elsa Roux Chamoux, Svetlana Lifar, Carl Ghazarossian. Dirección musical: Jacques Lacombe. Dirección de escena: Laurent Pelly. 29 de septiembre 2023.
La Ópera de Niza dio en el blanco al confiar a Kathryn Lewek el peligroso papel titular de Lakmé, que interpretaba por vez primera. La soprano estadounidense —reciente Lucia en el mismo teatro— confirmó en el rol cualidades vocales e interpretativas dignas de encomio. Gracias a una fonética francesa de inmejorable calidad, totalmente memorizada —la soprano no habla francés—, Lewek interpretó de campanillas el enrevesado air des clochettes así como el esperado dúo con la Mallika de Majdouline Zerari. La joven americana resolvió las difíciles páginas de Léo Delibes con soltura gracias al cristal de su emisión, a la transparencia de su timbre, a sus agudos sin esfuerzo aparente y a sus fraseos recitados con elegancia y suma tranquilidad. En un touch francés de gran clase, dio vida al enigmático personaje, prodigio de la lírica gala.
Thomas Bettinger —Gérald— cantó con fuerza, no exenta de lirismo, dando repetidas veces en el blanco en sus diálogos con la joven india y logró que su actuación culminara a alto nivel en el diálogo final. Jean-Luc Ballestra, Nilakantha, se distinguió por la rectitud y la potencia retenida, hierática, de su canto. El cuarteto de ingleses —Guillaume Andrieux (Frédéric), Lauranne Oliva (Ellen), Elsa Roux Chamoux (Rose) y Svetlana Lifar (Mrs. Bentson)—, presentado con humor dio eficaz contrapunto al drama que se iba desarrollando bajo sus ojos. En su mayor intervención, Carl Ghazarossian —Hadji— ofreció con gran emoción sus servicios y aun su vida a la enamorada Lakmé.
El coro de la casa dirigido por Giulio Magnanini, coherente y respetuosos de la partitura, se distinguió también por la precisión de sus movimientos en escena. Ellos aportaron vitalidad a la sutil escenografía de Camille Dugas, en particular durante las secuencias del mercado en el acto segundo. Laurent Pelly —director de escena y autor del vestuario— propuso una puesta en escena alejada del folclore, de la India y del hinduismo que dejaba así a la sublime música de Delibes todo el espacio afectivo (según el propio director).
Desde el podio, Jacques Lacombe dosificó doctamente la fuerza y el lirismo presentes lo mismo en el libreto que en la partitura; con gran sentido del espectáculo fue sujetando ambas características a las capacidades de los cantantes. * Jaume ESTAPÀ, corresponsal en Francia de ÓPERA ACTUAL
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