Juan Jesús Rodríguez, aclamado Nabucco marsellés

Marsella

03 / 04 / 2023 - Jaume ESTAPÀ - Tiempo de lectura: 3 min

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Nabucco Marsella Una escena del 'Nabucco' en Marsella © Opéra municipal de Marseille / Christian DRESSE
Nabucco Marsella Una escena del 'Nabucco' en Marsella © Opéra municipal de Marseille / Christian DRESSE
Nabucco Marsella Una escena del 'Nabucco' en Marsella © Opéra municipal de Marseille / Christian DRESSE

Opéra de Marseille

Verdi: NABUCCO

Juan Jesús Rodríguez, Csilla Boross, Simon Lim, Maria Gautrot, Laurence Janot, Jea-Pierre Furlan, Jérémy Duffau, Thomas Dear. Dirección musical: Paolo Arrivabeni. Dirección de escena: Jean-Christophe Mast. 30 de marzo 2023.

 

La velada comenzó con un regalo emotivo: los miembros del Coro de la Ópera de Marsella interpretaron el célebre “Va, pensiero” desde el balcón principal del teatro que da a la calle, expresando de esa forma su desacuerdo sobre recientes decisiones del Gobierno francés. Tras este preámbulo, la función comenzó con una interpretación discutible de la obertura. Paolo Arrivabeni no consiguió unir suficientemente los atriles con un sonido unitario, creando así desfases inoportunos. Seguidamente, en un primer momento, con la ayuda del coro bien compacto y unido —dirigido por Emmanuel Trenque—, imperial a lo largo de la representación, junto a los solistas, pudo dar perfecta razón de la partitura. Durante el resto de la noche acentuó solo moderadamente los momentos dramáticos y suavizó cuanto pudo los pasajes líricos, como el del ya citado y esperado coro plañidero. Fue, en suma, un firme apoyo para los cantantes.

"Juan Jesús Rodríguez hizo gala de una voz de amplísimo espectro, potencia bien controlada, justeza musical en todo momento, clara dicción, timbre constante a lo largo de la tesitura y la pizca de metal"

En el escenario brillaron con luz propia la voz y el porte de Juan Jesús Rodríguez en el papel titular, quien hizo gala de una voz de amplísimo espectro, potencia bien controlada, justeza musical en todo momento, clara dicción, timbre constante a lo largo de la tesitura y la pizca de metal que dio a su emisión un carácter aterciopelado. El barítono español imprimió lirismo en las horas bajas del gran emperador babilónico —que el libreto califica erróneamente de asirio— y también furor y odio para con sus enemigos de siempre, los hebreos y su dios único. Gracias a un detallado trabajo vocal y dramático, transmitió un sentimiento pocas veces visto en la ópera romántica: el arrepentimiento. Le dio buena réplica Simon Lim como un Zaccaria de timbre viril, muy cómodo en especial en las partes más rápidas de su intervención —las cabalette—, impresionando por la emisión de notas muy graves.

Brillaron en contrapunto las voces femeninas: firme, tensa, justa la de Csilla Boross como Abigaille, personaje de intratable carácter y ambición sin frontera, y la de Marie Gautrot que caracterizó con gran tino y sentido musical la dulce Fenena dispuesta al martirio por haber abrazado el monoteísmo por amor del joven Ismael. No se olvide la breve presencia escénica y vocal de Laurence Janot como Anna, completando el reparto Jea-Pierre Furlan —un Ismael un tanto monocorde y de timbre agresivo—, Jérémy Duffau como Abdallo y Thomas Dear como el Gran Sacerdote.

La escenografía muy simplificada de Jerôme Bourdin restó interés a la producción, dado que sin un buen conocimiento del libreto el público no podía saber en qué lugar se encontraban los personajes en cada momento. Jean Christophe Mast, el director de escena, resolvió solo en parte el problema gracias al vestuario —firmado también por Bourdin— vistiendo de blanco a los buenos y de negro a los malos, y también gracias a proponer a unos y otros un trabajo dramático de buena ley.  * Jaume ESTAPÀ, corresponsal en Francia de ÓPERA ACTUAL