CRÍTICAS
INTERNACIONAL
‘Il Trovatore’ con el protagonismo de Netrebko
Buenos Aires
Teatro Colón
Verdi: IL TROVATORE
Versión semi-escenificada
Anna Netrebko, Yusif Eyvazof, Olesya Petrova, Fabián Veloz, Fernando Radó. Dirección musical: Giacomo Sagripanti. Dirección de escena: Marina Mora. 17 de agosto de 2023.
El regreso de Anna Netrebko al Teatro Colón para cuatro funciones de la popular ópera verdiana se saldó con localidades agotadas y un triunfo para la diva, que fue recibida con aplausos en cuanto se presentó en escena. Todo merecido aunque hoy la voz sea menos ideal que hace años para el rol de Leonor (más grave y más pesada), pero siempre capaz de extraordinarios filados y agudos brillantes como demostró en sus dos arias, el gran dúo con el barítono, el Miserere y el concertante del finale secondo.
Netrebko lució siempre un volumen notable y una voluntad de actuación teatral aunque la puesta en espacio de Marina Mora o el concepto escénico de Gabriel Caputo fueran, más que simples, anodinos: unos círculos que subían o bajaban y cambiaban de color sin demasiado criterio. Excelente fueron las intervenciones de los cuerpos estables, el sonoro coro preparado por Miguel Martínez y la orquesta del teatro bajo la batuta de Giacomo Sagripanti, quien puso de relieve que no se trata aquí o en otros Verdis solo de acompañar a tiempo.
Si el resto del reparto no llegó a esos niveles sí que fue bueno. Yusif Eyvazov cantó un Manrico mejor que el que se le recuerda en Barcelona aunque el timbre siga siendo ingrato, sus recitativos no muy incisivos y si la extensión es correcta (aunque el «All’armi» fue destimbrado y gritado) se le escapan los matices de, por ejemplo, «Ah sì, ben mio» (saber hacer medias voces no es lo mismo que variar y colorear las frases), además de una expresividad convencional.
En este último aspecto fue parecida la actuación de Fabián Veloz, un barítono local de buenos medios (algo claros, aunque el extremo agudo es más oscuro) pero más bien monótono y con una gestualidad que admite mejora (la cabaletta «Per me ora fatale» fue el ejemplo más contundente). Olesya Petrova sustituyó a Anita Rachvelishvili: su Azucena presentó buenas dimensiones con las características de muchas colegas de su misma escuela: un agudo importante pero metálico, graves entubados, y alguna consonante exótica. Su mejor momento en absoluto fue «Ai nostri monti», y el menos interesante la primera escena del tercer acto («Giorni poveri vivea»), pero como los demás fue muy aplaudida, en particular tras «Condotta ell’era in ceppi». Fernando Radó, que me ha impresionado bien en Madrid y Barcelona, estuvo muy suelto como actor pero la voz sonó más pequeña y con mucho menos grave que el que recuerdo.
Entre los comprimarios hay que destacar el viejo gitano de Sergio Wamba y el Ruiz de Santiago Martínez. Correcta la Inés de María Belén Rivarola y discreto el mensajero de Cristian Taleb. * Jorge BINAGHI, colaborador de ÓPERA ACTUAL
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