Héroes y ninfas en el Festival AprÒpera

Barcelona

20 / 07 / 2020 - Lluc SOLÉS - Tiempo de lectura: 3 min

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Víctor Jímenez y María Hinojosa, dúo barroco de altísimo nivel © Festival AprÒpera
Josep Buforn, acompañante de lujo © Festival AprÒpera
El recital fue retransmitido en directo el jueves y repuesto en HD el siguiente martes © Festival AprÒpera

Festival AprÒpera 'online'

La ópera barroca

En 'streaming'

Obras de Monteverdi, Vivaldi, Händel y Rameau. María Hinojosa, soprano. Víctor Jiménez, contratenor. Josep Buforn, piano. 16 de julio de 2020.

El festival AprÒpera sigue comprometido con la oferta de cultura en directo en este concierto barroco, aunque tenga que ser, de momento, por streaming. Para la tercera edición del certamen, siempre vía Zoom cada jueves de julio (y su correspondiente reposición el martes siguiente), subieron al escenario la soprano María Hinojosa y el contratenor Víctor Jiménez, acompañados por Josep Buforn al piano. La velada, dedicada a la ópera barroca, discurrió entre amores y pasiones de una época de eclosión de roles y de formas, punto de partida, en muchos aspectos, del género de la música dramática tal y como se conoce hoy en día.

El repertorio atravesó efectivamente todo un siglo de música, desde el último Monteverdi hasta la música de Luis XV; Hinojosa y Jiménez asumieron con valentía una profusión de arias solistas y dúos en tres lenguas. Y es que, aunque sin duda dominó la tradición de la ópera italiana (con el Monteverdi introductorio, un siempre versátil Vivaldi y una extensa última parte dedicada exclusivamente a Händel), también hubo espacio para Purcell, excelente representante del estilo inglés, y para Rameau, nombre imprescindible de un ya avanzado barroco francés —su “Aux langueurs d’Apollon”, de la ópera Platée, fue la obra más moderna de las que sonaron—.

"La profesionalidad de los dos cantantes quedó demostrada especialmente en su defensa de la teatralidad de los roles, que brilló en la pequeña sala como lo tendría que hacer siempre sobre las tablas"

Aunque la acústica de la sala no ayudaba, los dos protagonistas de la velada supieron convertir el reducido espacio de escasos dos o tres metros cuadrados en un verdadero escenario operístico. Aunque es verdad que la ópera barroca se deja manejar bien en arreglo para canto y piano, por la cualidad camerística que ya de por sí exhibe, la voz corre siempre el riesgo de quedar, en estos casos, demasiado despojada. La profesionalidad de los dos cantantes quedó demostrada especialmente en su defensa de la teatralidad de los roles, que brilló en la pequeña sala como lo tendría que hacer siempre sobre las tablas. A destacar quizás, más allá de los clásicos del aria da capo, la perla vivaldiana “Dimmi pastore”, dúo bucólico de una ambigüedad modal extrema que ambos artistas supieron llevar a buen puerto gracias a su concentrado trabajo de afinación. Sorprendió también la consistencia dramatúrgica del multifacético personaje de la Locura, que Hinojosa encarnó con solvencia en su acercamiento a la música de Rameau, y sin duda los fuegos artificiales un tanto desbocados que Jiménez tuvo que desplegar en el “Sorge l’irato nembo”, famosa aria di tempesta de Vivaldi.

No sería justo terminar esta reseña sin una referencia al experto Josep Buforn, quien lidió con sabiduría con unas partituras nada idiomáticas para su instrumento. Siempre consciente de su ambivalente posición, acompañante y fundamental a la vez, Buforn fue para la ocasión director y orquesta al mismo tiempo.