CRÍTICAS
NACIONAL
Händel en un duelo de gigantes con invitada sorpresa
Barcelona
L'Auditori
Händel: AMADIGI DI GAULA
En versión de concierto
Xavier Sabata, Núria Rial, Anna Devin, Kararina Bradic, Rafael Quirant. Vespres d’Arnadí. Dirección: Dani Espasa. 3 de marzo de 2022.
Barcelona, al igual que medio continente, está viviendo unos meses de esplendor de la ópera barroca, repertorio tradicionalmente poco presente en las temporadas operísticas. Iniciativas como el ciclo que se está desarrollando en el Palau de la Música Catalana, en el Auditorio de Oviedo, el Universo Barroco del CNDM, el Palau de Les Arts, el Teatro Real o el Gran Teatre del Liceu van llenando poco a poco unas lagunas de repertorio sorprendentes ante tanta actividad musical. A todo ello hay que añadir ahora la contribución del Auditori barcelonés, primero, y del CNDM, donde llega mañana domingo, de esta versión de concierto de Amadigi di Gaula, de G. F. Händel.
Segunda ópera del compositor estrenada en Londres, concretamente en el King’s Theatre tras Rinaldo, Amadigi di Gaula constituye el prólogo a uno de los momentos transcendentales de la historia de la ópera: el establecimiento de Händel como figura musical plenipotenciaria en Inglaterra y el consecuente desarrollo de la opera seria italiana hasta sus más altas cotas expresivas. Pese a no tratarse de una de las obras más difundidas del autor, ofrece páginas de una inspiración y belleza solo al alcance de los elegidos. La trama argumental, procedente de la famosa leyenda medieval adaptada aquí por Nicola Francesco Haym, colaborador recurrente del compositor, combina los tradicionales amoríos triangulares con elementos mágicos para desembocar en un bello y estilizado lieto fine.
Este material ofrece a Händel la posibilidad de crear números contrastados en los que se ponen de manifiesto gran variedad de afetti junto a la presencia del elemento sobrenatural que otorga un sello y carácter particular a esta ópera. Una variedad de estados de ánimo y colores que quedó perfectamente reflejada en la versión que ofreció la orquesta barroca Vespres d’Arnadí liderada por Dani Espasa, con una trayectoria en constante ascensión que se consolida en cada una de sus apariciones no solo como uno de los mejores conjuntos especializados del país, sino capaz de jugar en la liga de las mas destacadas formaciones especializadas a nivel internacional. Todo ello gracias al talento y trabajo de un Espasa que ha llevado al grupo a alcanzar altas cotas de calidad y que se muestra cada día como un director más sólido y creativo.
Prueba de ello fue una versión instrumentalmente impecable y vivaz, en la que destacó el bello y empastado sonido del conjunto en todo momento así como su flexibilidad en la articulación y amplitud en la paleta de colores. Un triunfo en todo regla y un nuevo salto de calidad que contó además con la participación de dos de las figuras vocales más destacadas e internacionales del país en este repertorio: la soprano Núria Rial y el contratenor Xavier Sabata. Cantantes de características muy distintas, a ambos les une no solo su dominio absoluto del estilo sino también la inteligencia con la que explotan sus mejores virtudes. Sabata, en el rol protagonista, exhibió su innegable carisma y esa fascinación que siente por los personajes trágicos y torturados. Cuanto más grandioso e intenso dramáticamente es el personaje, más se crece el contratenor catalán. La voz es pulposa y de bello color, pese a adolecer de cierta falta de metal, pero lo que destaca en Sabata es su deslumbrante dominio de la coloratura, siempre precisa, y su arrolladora potencia expresiva en los recitativos y el canto spianato.
Núria Rial, por su parte, conserva su timbre cristalino absolutamente seductor y ha llegado a una madurez vocal e interpretativa imponente. El instrumento nunca ha sido voluminoso, pero el dominio magistral del mismo, la capacidad de colorear y modelar el sonido así como una personalidad interpretativa cada vez más definida la convirtieron en una Oriana de antología.
Por si todo eso fuera poco, al festival de Rial y Sabata se unió una invitada inesperada y de lujo: la soprano irlandesa Anna Devin, quien ya se había presentado en el Teatro Real y que está protagonizando una carrera ascendente. Su Melissa supuso un auténtico descubrimiento para el público barcelonés, con una voz de lírico ligera sumamente atractiva, personal y que se proyectó con sorprendente mordiente en la sala Pau Casals del Auditori. Ya había interpretado anteriormente el papel, lo cual se puso de manifiesto en la potente caracterización que ofreció del personaje tanto a nivel escénico como vocal, completando con los dos colegas mencionados un triángulo difícilmente superable.
Completaron el reparto la mezzosoprano Katarina Bradic, solvente e impecable estilísticamente, aunque de escasa proyección, y el joven sopranista Rafael Quirant que exhibió bello timbre en su corta intervención. Todos ellos contribuyeron al éxito de una función que puso de manifiesto el hambre de ópera barroca que se ha despertado en Barcelona. * Antoni COLOMER, crítico de ÓPERA ACTUAL
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